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INQUISICIÓN DE CHILE
guido, que se inventariasen aquéllos. Pero el juez
no dió lug·ar á esta petición, disponiendo, á la vez,
que Escobar continuase preso en su casa.
Habiendo mediado estas incidencias, fué la cau–
sa reGibida
á
prueba el día 26.
Durante el término probatorio se produjeron,
además de las declaraciones de los testig·os de la
sumaria, las de Francisco Navarro y Diego de Guz–
mán, que expuso, no sin cierta malicia, que según
le había :licho Escobar, el padre fray Gil «en–
tendía por la moralidad el hacer dexación de
los indios y llamarle de borracho y ladrón y ro–
bador, en el púlpito.» El reo mismo
á
quien se
le tomó también juramento para que declarase al
tenor del interrogatorio presentado por el Fiscal)
insistió en que se tapaba los oídos porque «estan–
do en el púlpito el dicho padre fray Gil dice á este
confesante y á los demás vecinos, palabras inju–
riosas 'y escandalosas, llamándolos de ladrones
públicos y tiranos é borrachos, por lindo estilo, é
oteas palabras injuriosas, de lo cual este confe–
sante se escandaliza y alborota, y estas son las pa–
labras
é
causa de que este confesante ha dicho
públicamente no querelle oír porque es en su per–
juicio; y que en lo demás crée bien y fielmente
aquello que crée y tiene la Santa Madre Iglesia
Romana, como bueno y católico cristiano,
y
que
en defensa de la fé este confesante morirá: y esto
respondió.»
Llegaba ya el momento en que el acusado pre–
sentase la prueba de sus descargos.
Invocó desde luego el testimonio de Juan Bau–
tista Pastene) que por estar casado con una her-