CAP. II-EL PRIMER HEREJE
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por pt·evilegio real;
é
siendo leída por mí el notario
esta su confesión se retificó en ella y lo señaló de
su rúbrica por no saber escribir
y
lo firmó su
merced del dicho seiior Visitador...
»
Este mismo día, Paredes nombró fiscal de la
causa á Diego de Frías, quien incontinenti aceptó
y juró el cargo. El17 presentaba su acusación con–
tra el reo.
«Premisas las solemnidades del derecho, decía el
Fiscal en ese documento, «el susodicho, con poco
temor de Dios Nuestro Señor
y
en gran peligro de
su ánima y conciencia, dando mal ejemplo de su
persona á nuestra religión cristiana, tocando en
palabras mal sonantes, con que se da mal ejemplo
á los ·fieles y á los naturales nuevamente conver–
tidos¡ dijo y publicó, públicamente delante ele
todo el pueblo, que las palabras que se decían en
los sermones, tocantes al Evangelio, á la letra, que
él las quería o\r,
y
en lo moral, que es la sustancia,
de lo que los fieles cristianos han de tener y creer
juntamente con la letra del Sagrado Evangelio
para lo que toca á la salud de sus ánimas, que él
se tapaba los oídos y no lo quería oír, aunque fuese
de la boca de fray Gil, en lo cual> el dicho Alonso
de Escobar cayó en una de las 'irroneas
(sic)
de Mar–
tín Lutero
y,
como á tal luterano, V. Md. debe
castigar con las mayores y más graves penas esta–
blecidas en derecho, confiscándole todos sus biene5,
conforme á derecho, como 'Se debe hacer á las
personas que públicamente incurren en semejan–
tes delitos.
«Pido á V. Md. condene al dicho Alonso de Esco–
bar en las mayores é más graves penas estableci-