CAP. II-EL PRIMER HEREJE
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«Fuéle preguntado si cree é tiene todo lo que tie–
ne é cree la Santa Madre Iglesia de Roma, ques la
que no puede errar, por estar regida é gobernada
por el Espíritu Santo, diga lo que sabe.
<<Dixo que lo cree é tiene bien
y
verdaderamente
como fiel y católioo cristiano que lo es, aunque
pecador, y según que lo tiene la Santa Iglesia de
Roma.
«Fuéle preguntado si sabe que demás del sentido
literal de la letra do la Sagrada Escritura tiene
otros sentidos y declaraciones aprobadas por la
Ig·lesia Romana, como es el sentido moral y espi–
ritual> adonde hay necesidad del tal sentido y de–
claración, dig·a lo que sabe.
«Dixo que este confesante no sabe leyes ni es le–
trado para discernir ni declarar lo moral que la
pregunta dice, ni lo entiende, más de ha
1
)er oído á
los teólogos, que para las reprehensiones y Yicios
de las ánimas lo traen por argumento declarán–
dolo como ello es, é questo responde á esta pre–
gunta.
«Fuéle preguntado ques la causa que cuando oye
la predicación del Evangelio dice é ha dicho mu–
chas veces que cuando oye declarar el Evangelio
literalmente que lo oye de buena gana., más el sen–
tido moral no le quiere oir, pues es lo tal contra–
ria fée é religión cristiana y opinión de Lutero,
diziendo que se tapa Jos oídos y menospreciando
la tal declaración; y no contento con esto, más an–
tes diciéndolo á muchas personas> de lo cual se
tiene sospecha por no saber á que intención Jo
dice, demás de ques grande escándalo que de oir
las tales palabras da este confesante y ha dado á