CAP. VII-FUNDACIÓN DEL SANTO OFICIO
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todas las Ordenes religiosas cantando el
Te Deum
Laudamus.
«Se predicó el sermón de la fé, cuenta
el mismo Cerezuela,
é
juró el Virey, Audiencia y
Ciudad en la forma acostumbrada, y después el
pueblo, alzando los brazos derechos arriba, y se
leyó el edicto, lo cual se hizo cori. mucha solemni–
dad, habiendo precedido el día antes las notifica–
ciones á las provisiones y mostrado al Ordinario el
poder de Inquisidor, y pregonándose con trompe–
tas y atabales.»
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Hé aquí ahora el tenor del edicto que se leyó en
esa ocasión y que había de servir de hase al edi–
ficio inquisitorial:
<<
os los Inquisidores contra la herética prave–
dad y apostasía en la ciudad de los Reyes y su Ar–
zobispado, con los obispados de Panamá, Quito, el
Cuzco, los Charcas, Río de Plata, 'l'ucumán, Con–
cepción y Santiago de Chile, y de todos los reinos,
estados y señoríos de las provincias del Perú y su
vireinado y gobernación y distrito de las Audien–
cias reales que en las dichas ciudades, reinos, pro–
vincias y estados residen, por autoridad apostólica,
etc.
Á
todos los vecinos y moradores estantes y
residentes en todas las ciudades, villas y lugares
de los dichos Arzobispados, Obispados y distrito,
de -cualquier estado, condición, preeminencia ó
dignidad que sean, exemptos y no exemptos, y á
cada uno y cualquier de vos á cuya noticia vinie–
re lo contenido en esta nuestra carta en cualquier
manera, salud erí nuestro Señor Jesucristo, que es
verdadera salud, y á los nuestros mandamientos
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Carta de Ce1·ezuela de
5
de Febrer·o de
1570.