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INQUISICIÓN DE CIIILE
podía estar más en conformidad con sus proposl–
tos que el establecimiento de los Tribunales de la
Inquisición en sus dominios de América, apresu–
rándose, en consecuencia, á dictar, con fecha 25
de Enero de 1569, la real cédula siguiente que Jos
creaba en Méjico
y
el Perú:
«Nuestros gloriosos progenitores, fieles
y
católi–
licos hijos de la Santa Jglesia Católica Romana,
considerando cuanto toca á nuestra dignidad real
y
católico zelo procurar por todos Jos medios po–
sibles que nuestra santa fé sea dilatada
y
ensal–
zada por todo el mundo, fundaron en estos nues–
tros reinos el Santo Oficio de la Inquisición, para
que se conserve con la pureza
y
e·ntereza que con–
Yiene.
Y
habiendo descubierto é incorporado en
nuestra Real Corona, por providencia
y
gracia de
Dios Nuestro Señor, Jos reinos
y
provincias de las
Indias Occidentales, Islas
y
Tierrafirme del Mar Oc–
ceano,
y
otras partes, pusieron su mayor cuidado
en dar á conocer
á
Dios verdadero, y procurar el
aumento ele su santa ley eyangélica
y
que se con–
serve libre de errores y doctrinas falsas y sospe–
chosas, y en sus
descubridore~,
pobladores, hijos
y descendientes nuesLros vasa11os,
la devoción,
buen nombre, reputación y fama con que á fuer–
za de cuidados y fatigas han prucurado que sea
dilatada y ensalzada. Y porque los que están fue–
ra de la obediencia y devoción de la Santa Igle–
sia Católica Romana, obstinados en sus errores
que ayudaron á la <'jecución,
y
entre ellos á don Carlos de Sesc, no–
hle, grande
y
pertinaz her·cj<', que le
dijo c<•mo
le d,•jaba quemar,
.Y
n•,;pondi1:
«Yo
traeré lei"ta para quemar
á
mi hijo ;;i fuese lan
rn:tlo
como
YO~.»
Cabr('ra de Ccírcloha,
Filipe
Il,
t.
l,
p:'•g.
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