XXVIII
LA INQUISICIÓN
mill é quinientos pesos
y
ha dado de comer
y
beber
y
otras cosas de su casa á los que van conmigo el
tiempo que hemos estado en este asiento
y
ha tra–
bajado mucho en buscar todo lo que habemos habi–
de menester porque fuese lo mejor y
má~
barato;
y
despachó luego tres soldados para que prendie–
sen y volviesen á los que andaban por entrar con el
padre Payán, porque no diesen aviso á Francisco
de Agu1rre de lo que se había publicado,
y
puso
guardas en los .caminos, ele manera que no puede
pasar nadie, conque se asegura la mayor impoi'–
tancia que para hacer este negocio con secreto con–
:venía,
-y
ha mostrado voluntad
y
celo ele servir á
V. Md. y á su S. E. con trabajo de su, persona y
gasto de su hacienda, que merece la merced de
honra
é
interés que V. Md. le mandare hacer, por–
que yo tengo por cierto que, si no fuera por su ayu–
da
y ·
socorro, no pudiera hacer lo que en el servi–
cio de V. Md. pretendo,
é
ansí la honra é interés
que en ello ganare, la tribuiré al socorro
y
bien que
me ha hecho, para agradecérselo y servírselo y
para suplicar á V. Md. le tenga en la opinión que
su persona
y
celo merecen, porque dándole lo que
se le debe, se animen otros á tales obras.
Yo me parto en acabando descrebir ésta, placien–
do á Nuestro Señor, para los Chichas, donde estaré
ocho ó diez días haciendo cecina y tasajos y reco–
giendo doscie'ntas fanegas de m.aíz para matalotaje
de los que han de ir conmigo
y
aguardando á que
se junten, que creo serán más de treinta españole.,
y todos personas de confianza, que son tantos como
todos los amigos de Francisco de Aguirre,
y
tené–
mosle de ventaja justicia, y la que hay d,e los que
van conmigo á sus amigos,
y
ciento é cincuenta ve-