· DOCUMENTOS
XXXI
conmutó la penitencia que había de hacer, segund que
esto y otras cosas parecen por el dicho proceso que
pasó ante el dicho obispo, que está en la cámara del
secreto. Después de lo cual, yéndose el dicho Fran–
cisco de Aguirre de la ciudad de la Plata á su gober–
nación de Tucumán, se tuvo información en este
Sancto Oficio que, notificándole cierto mandamiento
del obispo, con censuras, dijo: <(que se dejase ya el
obispo de aquellas excomuniones, que ya estaban en
tierra larga)); é hablando con el clérigo que se lo no-'–
tificó, dijo:
«Si
yo mato á un clérigo, qué
p~na
terné)),
.Yque-desarmó á algunos de ·los que Ílleron en su
prisión, cuando le prendieron á título del Sancto Ofi–
ciO} que los topó en el camino sali·endo de Tucumán
para el Perú con ropa para vender
y
otras cosas; y
que, llegado áTucumán, mandó p.regonar públicamen–
te que desterraba á todos aquellos que se hallaron en
su prisión de su tierra y gobernación, y que no en–
trasen en ella, so pena de muerte
1
e
que había escrip–
·to al presidente é oidores de los Charcas cartas des–
acatadas sobre su prisión, é que decía que [de] todas
las cosas que le habían act1sado iba libre, que habían
sido mentira: y se lo habían hecho confesar porfuer–
za, é que por ciertas cartas que había escripto á los
Licenciado Matienzo y Licenciado Polo é á otras per- ·
sonas les decía que le habían hecho confesar lo que
no había hecho, é que había quitado [á] algunas per–
sonas las cartas que traían de las cibdacles ele aquella
provincia de Tucumán y gobernación para pedir
justicia ante el Virrey. Item, reprehencliénclole que
por qué comía carne en cuaresma, había dicho: «que
no vivía en ley ele achaques)), é que cuando estaba
preso en la cibclacl de la Plata atemorizaba al fiscal
y le ponía temores, y que tenía acobardado al obis-