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LA INQUISICIÓN
confinar con la provincia de los Charcas, cosa de
trescientas leguas, y desde allí á .!,.ima quedan otras
cuatrocientas de tierra muy poblada, y de la otra
parte de Lima hasta el otro puerto, por lo menos que–
darán más de otras tantas, y como por la misericor–
dia de Dios se espera que con el discurso de! tiempo
ha de haber mucha más población en el Paraguay,
Hío de la Plata y Tucumán, y que desde allí se han
de hacer muy grandes entradas por la profundidad
ele aquellas tierras, tendrá bien en que se ocupar
aquesta nueva Inquisición
y
con las ciudades de
Chile questán de esta parte de la cordillera junto
á
Tucumán.
<t
Y si pareciere que por ahora bastara que en ella
se
ponga sólo un inquisidor, como lo hay en Mallorca
y en otras partes, esto lo podrá V. M. hacer con muy
poca costa, mayormente si se pone en aquel puerto
la iglesia catredral de que ahora se está tratando con
la división de aquel obispado, que alguna de las
prebendas del!a se podrá dar' por ayuda de costa al
que fuere inquisidor, y tendrá en la iglesia personas
eclesiásticas y doctas que puedan servir de consulto–
res y calificadores, y para ello ayudará también mu–
Gho
que en la misma ciudad de la Trinidad y puerto
de Buenos Aires hay cuatro monasterios ele frailes,
que en ellos hay hombres doctos, y sus Ordenes los
procuran poner en aquellos monasterios los más
doctos y mayores letrados de sus provincias para que
puedan servir y ayudar 3:l Santo Oflcio.
<<Estas razones y fundamentos se le ofrecen, por las
cuales y por el servicio de V. M.
y
por el bien uni–
versal que resultará de esto en aquella tierra, so halla
obligado á los representar á V. M., siendo servido de
las mandar considerar.