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LA
1::\QUI SICIÓ~
dor General. Predicó ol sermón ol dominico Fr. An–
drés de San Pedro, califieador del
anto Oficio,
y
una vez concluida la misa, fueron do nuevo
á
dejar–
les al convento, on la misma forma con que habían
ido
á
la catedral.
1
Al día siguiente pasó ol Gobernador
á
Yorlos para
tratar ncerca ele las casas en que podía fundarse
el Tribun al,
y
como no se
encontra~o
on toda la ciu–
dad ninguna apropósito, acordaron alquilar tres an–
tiguas, siLnadas on un extremo ele la plaza,
y
princi–
piar, desde luego,
á
edificar una qne baflasen por
todos lados los Yien!os,
á
causa del oxcesiYo calor
que en la ciudad se sentía.
Para dar comienzo
á
sus tareas, ol último día de
Noviembre, fueron de nuevo
á
la catedral
á
leer
el edicto do fe, que para el caso y poderlo circular
por todas partes lle1Taban
á
prevención impreso
desde Espafla,
y
que, por ser el código fundamental
de sus procedimiento
y
atribuciones, debemos re–
producir aquí:
«~os
los Inquisidores contra la heeéLica prave–
dad y apostasía, en la ciudad
y
obispado de CarLage–
na , arzobispados de Santo Domingo, del Nuevo Rei–
no de Granada
y
obispados ele Panamá, Santa Tviar–
ta, Puerto Rico, Popayán, Venezuela
y
Santiago de
Cuba y en todos los reinos, estados y sefíoríos de
las provincias del
~nevo
Reino de Granada, Tierra–
firme é islas de Barlovento y sus gobernaciones y
distritos de las Audiencias reales qu e en las dichas
ciudades, reinos, provincias y estados residen, por
1.
Carta de postrero de Se¿tiembre de J6Jo.