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DE
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decían, no.
inYiaron
á
YÜ; ilar a l navío
y
Yi nioron á
lü lcll gmt del agua lo. cabildos eclesiástico
y
sog lm·
y
otros mucllos caballero. á rccibi rno
~
y
llevarnos
á
casa.drl P res ide nte, clond" nos sali ó
á
rcc ibi e con
los oidorc. b as ta
la
pu erta
el e la ca1le ». Al ti empo
qu e do embarcaron hizolos salYa la ciud ad ,
y
do es–
ta suerte
y
con tal acompafí amiento, al que se hab]an
agregado las por. onas prin cipales del pueblo, se
d iri gieron á la casas del Presiden te, qu e en unión
do los oidorc ', les aguard a ban on la puerta de la
ca11 o. En acp.1 éll a e alojaron el inquis idor Salcedo
y
el
fl .
cal don Fra nci co ele Bazán; á 1\I a ií ozca ll evó
á
ho podarle un oidor,
y
á los demás empleados, el
Cabil do .
Las autoridades
y
persona. de má posición los
animaron p::tra que di esen allí comienzo al cometido
qu e lleYaban . Publicó o por las calles,
~T
por bando,
que el Domin go 22 de aquel me.
o leería n on la
catocl t·al los ed ictos do fo, como en efecto se hizo,
con la pompa
y
ceremon ia
aco. lumbradas,
«y
con
1an
peincipal acom¡n ílami onlo como se pudiera ha–
cer on la principal ciudad el e E s paita .)) Los inqui
i–
clor
. tuvieron en m clio do las autorid ades, que
empell a ba n en hacerlo
toda hon ra,
y
el At·zobis–
po pr cli có el et'món.
nurant c lo
poco ~
dí as qu allí permanecieron, roci–
bi ron las t s tifl cacion
~
ele alguna per:-:.ona que
acucli ron al ,'anto Ofic io
á
el
o. carcra r u concie ncias,
:
n mbra ro n co rni
~ ari o
int rin o a l pro vinc ia l do los
d mini o' . P or no habe r
n la ci ud ad ocle i;L· ti co
d ba tan!
ufi icneia a onla ron qu
est
funcio–
on
l oidor do n J uan
:\úll
z Tcno-