Previous Page  422 / 482 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 422 / 482 Next Page
Page Background

412

LA INQUISICIÓN

iransporle de su archi

YO

y

á que aq uella desgracia–

da población se organice y respire un aire más puro

que en el día., pues la mortandad qu e ha causado en

los últimos momen tos de su rendición la insufrible

necesidad del alirYJ ento, tiene impregnada la atmós–

fera de los mú:1srnas más pútridos)) .

r

Por estos mo ti vos el Tribunal vino á quedar_

de nu evo in s taladq en Cartagena á rned iados de

mayo del aiío siguiente, aunque por la causa de pu–

rificación seguida

ú

los secretarios que no habían

acompaüado al Tt·ibunal, puede decirse que solo

pudo fun cionar con regularid ad desde que aquellos

fueroi1 repuestos en sus destinos el

21

de enerq de

1817.

2

En septiembre del aií o anterior, Oderiz,

que~

sus

títulos do inqu isidor decano

y

vicario general del

ejército del Rey, aüadja el de proYisor y gobe rnador

del obispado en sede Ya.cante, hizo imprimir y cir–

cular en eso úlLimo

caric1.er

un ed icto desti nado

á

combalir pri ncipalrnente el hecho de «advertirse en

días de f1esta por caUes y plazas la escandalosa y

sacrílega irreligiosidad de ocuparse con descaro

mucha parte del pueblo en obras puramente servi–

les y entretenimientos agenos de la honestidad, mo–

deración

y

compostura que inspira, no sólo la san–

tidad del día, sinó la sana moral y una ed ucación

cristiana.

))3

Por más extraiío que parezca, visto el tris te esta–

do

á

que las cosas del San to Ofic io habían caído en

r.

Carta de Castro, 23 de diciembre de

r8r5.

2.

Carta de Castro,

14

de abril de

1817.

3. Edicto impreso de 23 de septielnbre de

18 16.