EN C.\.UTAGEN.A DE INDL\.S
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tiva del prelado,
y
seis días después de recibid a, le
enviaba la contestación cuyos principales párrafos
vamos
á
extractar.
1
c<La apología ó defensa qu e V. S.
I.
hace del Tri–
bunal el e la Inquis ición , decía Cavero , después de
extra fí ar <<el impertin ente
y
poco respetuoso)) preám–
bulo con que el obispo la acompaií aba, es la cosa
más difieil é impo_s ible que pu eda inte ntarse. La
hi storia de todos los ti empos
y
paises desde su es–
tablecimi ento lo presenta cubierto de sangr·e, de ho–
rrores
y
el e inju sticia. El fanatismo religioso abortó
este mónstruo en el siglo XIII ele la Iglesia, el cual
en expresión ele un autor célebre, tiene los pi és en
ol infi erno
y
alcanza con los brazos a l ciclo; que
secuncla'nclo entonces
ol
furor de la intole rancia ci–
Yil
y
después la tiranía del despoLismo , ha sacrifi ca–
do en el fu ego
y
con la es pada mu chos m ill ares de
.Yíctimas; ha arruinado
y ·
r educido
á
la mi seria á in–
numerables fam ili as, generaciones
y
bornbres res–
petables ; h<:.1. tenido por prin cipio do condu cta p(u pe–
petuar la ig norall cia 'de los pueblos pa ra que no
conociesen sus derechos
y
ll evasen el yugo
á
s us
opresores ,
y
él es la verd adera ca.usa
y
origen de
tod os los mal os ele Espa!m
y
de la .\.rn óriea)) .
Critica en seguida el Prosiclento.elo la Junta las lo–
decía el pt·elado, que un Gobierno catól ico hubiese podido dictar
con intención de lleva rl a
á
efecto una pro\'idencia de tanta g-ra,·e–
dad y de tan Lttales c0nsecuencias en el primer dia de su fc.>rma–
ción? cuando todavía no está organizado, ni
tiene
l eye que lo
dirij an ni C<Jil Sli tución en que apoyarse, en un dla en que está soli–
ci tando apresuradamente
firmas de reconocimiento con que poder
man ifestar con alg una verisimilitud que el voto común del pueblo
ha
pedic~ o
la indep endenci 3. absoluta de todo Gobierno de la Penin–
sula,n etc.
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