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LA
INQUISICIÓ~
del año siguiente .
1
Ortiz de Zárate se había despe–
dido también el 14 de diciembre de 1688.
En 7 de agosto del mismo aiío volvía á entrar en
el Tribunal el arcediano don Andrés de Torres,
quien, á causa ele un «mal ele aire))' hubo un día de
ser subido en brazos al Tribunal, continu_ando siem-–
pre tan intercadente de salud, que el 4 de marzo c:e
1689 pasaba á mejor ·vida.
El nuevo .O scal, don Juan Ochoa Volénclez, había
llegado el 14 de febrero ele 1693.
Don Gómez Suárez estaba desig nado desdo 1694
para ir á Lima
y
esperaba partir una vez que arribase
el Dscal don Benito Vásquez de MontieJ, comisario
á la sazón en Caraeas . Hallábaso S uárez en Pana–
má, desde marzo de aquel año,
ce
por graYes
y
urgen–
tos achaques,)) cuando lo ll egó la noticia do su trans–
lación,
y
en el acto regresó á Cartagena, adonde
ont ral:Ja el
2G
de octubre, encon tran do los negocios
pertenecientes al Tribunal
y
sus ministros
y
las ór–
den es del Consejo, suspe usas unas
y
recelosos los
otros,
ccy
lo qtle os más, barajada la obed iencia do–
biela
á
tan superiores determinaciones con pretextos
aparente. de congruencia, pero con mi llegada, ro–
llore,
y
á
pocas diligencias, se redujeron al cstaclo
~.
Por causa de la inten•ención que
á
Yalera había cabido en los
suce osdelobispoPiedn,la,lucg-o'de llegar allí, en marzode
168g,
el
Duque de la Palata leentregó una carta-orden del Consejo para que
regresase
á
E paña; pero habiendo representado que con s u partida
quedaría un solo inquisidor, se ditlrió el cumplimiento, hasta que
por real cédula de
1
."de abril de
1691
se ordenó al Conde de la i\lon–
clo,·a que lo el1\·iase. Esta cédula llegó
á
Lima el último día del a ño
1 69~,
pero tampoco se cumplió,
y
así Yalera e quedó en Lima hasta
su muerte, ocurrida el
2
de ag-osto de-
1702.