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LA
I:\ QULSICIÓ~
q
uo
con otros min is tros ayudase
á
la defensa, y donde
s oencontró también con que estaban all í detenidos los
reos por fa lta de bastimen tas y cabalgad uras . Logró
despachacharlos el 19; volvió el e n uevo
á
Turbaco
á
inqui rir noticias, y conlas que tuvo continuó otra vez
en seguimiento do los reos,
á
qu ienes alcanzó en el
pueblo de 1\iajatés dis tante trece
ó
catorce leguas de
Cartagena, resolviendo en vista de la · dificultades
que se presentaban para prosegui r adelanto co n ellos,
determinar allí mismo las causas de los que estaban
en estado, con así tencia de sus abog·ados , fiscal y
secretarios,
y,
con of'oct6, el 27 de ab ril, en la iglesia
de Sa n Roq ue celebró . auto de fe, sin omi tir la for–
malidad de los sambenitos , con Ju an
lVI u rwz~
espa–
fíol, Antonio Brancnno, mu lato, Jua n Po rtugués,
negro esclaYo ; promul gó la sentencia ele F r . Fran–
ci co Segura, prosbíloro, de la Ord en de San Ju an
do Dios, que estaba ya Yotada
y
determinada en
Carlagona,
y
des pachó á l\Iompox á Juan Maltés,
cuya causa so h allaba en con s ulta ante el Consejo,
á
los demás que no tenían sus procesos en condi–
ción do fallar. e,
y
á
los que hab ían salido en el auto,
do tm:nor que so pa ·a.·on al enemigo .r
En lró por fin és to en la ciudad, en virtud el e capi-
r.
En el castillo de Bocachica se hallaba n presos por el Sa nto Ofi–
cio nue\'e reos de bigam ia , á saber: ] osé Romero, Pedro Sarmiento,
Diego de Brenes, don Francisco Salazar, Ambrosio Arias, mu la to,
Sebastián Galán , Domingo
lll artínez, Cristóba l Lucio
y
Francisco
Gallardo, quienes, tomada la fortaleza, se pasaron a l enemigo
y
se
fueron después con él , con excepciún de Sarm iento, q ue habiendo sa–
bido que los presos del Santo Oficio estaban en :'llompox, se presentó
&llí \"Oluntariamente.