Previous Page  27 / 184 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 27 / 184 Next Page
Page Background

-9

tiana! La Santa regla del Cármeh, el Nazareno Insti....

tnto, y .la misma ley del Evangelio quiere que sean el

espej·o familiar en .que debemos mirarnos, para nota!"

nuestras faltas, y limpiar las 'manchas y los defectos

que deforman nuestras almas. Sí mis muy a.madas her–

manas: el amor á la hermosura, que es la propension de ·

nuestro

s~xo,

nos debe obligar á no soltar de la mano.

este espejo celestial. Sustjtuyamos este religioso múe-..

blc, por aquel que tanto estiman las personas que en el

siglo desean embelesar los ojos de quien las mira. Nues–

tro principal ·estudio dobe ser el agradar á aquel diLVino

inspector que

~enetra

con su. vista los ma.s secretos ar- .

canos del humano corazon; y este importante deseo, es–

te anhelo Íildispensable de la obligacion de nuestro

es~

tado, nos debe hácer muy solícitas de conformar nues–

tra vida á las máximas sagradas de la heroica perfec-.

cion á que

<tlOS

conduce este divino Instituto.

Yo os ruego con todo encarecimiento repaseis frecuen–

temente los•capítulos 7, 8 y 9 de este estimable cuader–

no en que se dibuja el plan de vida que hace el carácter·

de las religiosas Nazarenas, y forma la copia de las pia-.

dosas mugeres que acompañaron á nuestro divino Na–

zareno al tiem-&o de su Pasion. Ellas le siguieron com–

pasivas por el camino 4el Calvar!o

y

calle de la Amar–

gura, regando con el llanto de sus ojos la tierra que el

N~zareno

iba anegando con su sangre preciosísima. Otra

le salió al encuentro, á enjugar la sa.ngre ·

qll~

destilaba.

de la corona de espinas, que penetraban con sus puntas.

sus .sacratísimas sienes, y empañaban la hermosura de.

aquel rostro soberano, que sirve á los Angeles de espe-.

jo en que se desean mirar. Otras, con la penitente Mag-.

dalena, secuaces de la dolorosa Madre que no se aparta–

ba de la cruz, de que estaba pendiente con duros cla,vos

el fruto precioso de su vientre virginal, rodeaban aquel

cadalso, anegadas de amargura con la consideracion del

doloroso suplicio que padecía por los delitos agenoS:.

aquel inocente hijo, y la mas acerba pena del corazon..

de la mas amante 'Madre.

2