SEGUNDA
PIRTE~
•
Despu~s
do haber presentado á los ' jesuitas en cua–
dros históHcos que los dieran
á
co·nocer co1no en ver–
dad eran, nos resta considerar
las
razones, ó sean ar–
gumentos de los que .contradicen lo que se ha espuesto
y
probado. Descubriendo la pobreza de tales argumen–
tos, se confirmarán nuestros lectores en el prhner con–
;vencimiento,
y
se desengañarán mas
y
n1a& de lo que
tan equivocada como ahultadamente se ha dicho en de-
,
fensa de esa órden,
á
fin de hacer
en
el siglo
una
reac–
cion. Pudiera ser que
se
presentaren otros hechos que
·considerar, y ocurrieren nuevas reflexiones en apoyo del
principal propósito. Tomemos el texto de los
argu–
mentos de las obras
que
defienden á la co1npañia.
M.
·CRBTINEAu-JoLY.
ARTICULO
l.
l.
Empecemos por el panejirista de los jesuitas, que
con el nombre de "historia relijiosa, política
y
literaria
de la Compañia de Jesus'' ha compuesto un elojio con–
tinuado de e,sos padres: es
lVI.
Cretinean-Joly. Por