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217--

ba en todo el mundo jesuítico, sin

desc~eñar

las

pe–

queñeces mas vulg,ares, y las interioridades, que de–

bían dejarse

á

la vijilancia de los superiores inmedia–

tos, y

á

su juicio y prudencia, que no hacerlas mate.

ria de sus cartas el Prepósito

gene~al,_

J'

ostentar un

celo, que debía reservar para cosas verdaderamente

graves; porque no en vano había relijiosos de oficio

puestos para velar. Pero acredita todo ello, que el P.

general tenia en sus manos las riendas de un poder

centralizado, como mas no se pudiera, pendientes de

su soberana voluntad todos sin escepcion, todos los

negodos, hasta, los mas minuciosos, sobre los cuales

la providencia y hasta el cono' imiento eran ridículos.

Aquello de la

música,

del

ante,

del

algedres,

del

manjar

blanco,

del

tabaeo,

del

caparazon,

del

chocolate,

del

a,gua

en los aposentos de los padres mozos

para lavarse,

y

tan..

tas otras pequeñeces y arbitrariedades, hasta mandar

despedir a] pobre

enano

aunque con votos, contando

entre sus defectos, entre las razones para despedirle,

que tenia hambre canina, todo eso es intolerable,

y

lo

del pobre enano desapiadado.

Y luego, al lado de tanto celo rasgos descuidados

para servir de argumento contra el P. general. Re•

oomendaba en varias ocasiones el respeto y conside...

racion

á

los obispos,

y

el sufrir con paciencia las mor..

ti:ficaciones que les dieren;

y

sin embargo mandaba

:negarles intervencion en la visita de las congregacio..

nes, y hasta de las parroquias donde hubiese curas je+

suitas, y

no consentirla por ningun caso.

Recuérdense

los sucesos del Paraguay. Se escandalizaba el gene..

ral y n1andaba hacer enmienda, de

qu~

en al

cerca.do

gastasen lnuchas aves los padres jesuitas,

y

comiesen

manjar-blanco, y tuviesen su silla y freno y capara..

zon;

y

en ]a misma carta allanaba y facilitaba la ad+

quisicion de una hacienda de importancia, para au...

mento ele lo temporal del colegio de Ohuquisaca, No

se admite la donacion que Gomez hacia de una ha..

cienda, cuyos frutos debían partirse entre la compa..

ñia

y

obras pías, porque

no conviene;

pero se admite la

qlle hizo su mujer sin condicion,porque conviene.

Ven;,;

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