Previous Page  32 / 106 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 32 / 106 Next Page
Page Background

ta escrita

á

nombre de

Su Santidad

las

alabanzas

del

instituto,

que nada hay mas distante de los verdaderos hechos, que es

imposible disimular por ser tan públicos, ni creer que todo el

orbe se engaña y todas las edades, que solo los Jesuitas tienen

razon hablando en causa propia.

Prelados, Cabildos, Ordanes regulares, Universidades y

otros cuerpos se han mantenido en estos reinos en perpétuas

alteraciones, nacidas de la conducta y doctrinas de los Jesui–

tas ; no habiendo órden alguno que se haya distinguido tanto

en gostener e.stas oposiciones, haciendo causa comun entre sí

para predominar los demás cuerpos ó dividirlos en faccion.

Así se dió á conocer la Compañía desde que se fundo, y así

se hallaba cuando Vuestra Majestad se sirvió por su Real de–

creto de 27 de Febrero de este año mandar estrañarla ile sus

dominios.

Por mas exageracion que haya

á

favor de su instituto los ár·

boles se deben conqcer por su fruto,

y

el que una oposicion tan

abierta mas es espíritu anti· evangélico de faccion que regla

ajustada de vivir.

No obstante que el Consejo extraordinario podía exami–

nando las máximas del Instituto, probar la contrariedad de

muchas al derecho natural como es la priva.cion de defensa á

los súbditos, y la esclavidad de su entendimiento al derecho

divino, cual es estar privada entre los regulares la correccion

fraterna y la revelacion del secreto de la penitencia á los supe–

riores; al derecho canónico como es la eleccion de los superio–

res, por capricho del General canónicamente como el Concilio

lo manda, las excenciones exhorbitantes de la jurisdiccion epis·

copa! con perturbacion de los mismos párrocos; al derecho real,

en estar impedidos los súbditos de los recursos de proteccion

contra sns superiores, y en la ereccion de congregaciones ocul–

tas y perjudiciales, eon otras muchas cosas

á

este modo; si em–

bargo se abstuvo de entrar en esta materia para evitar que la

corte romana tomase de ahí pretexto de queja.

N

o se advierte igual moderacion en las eRpresiones del

Breve tan estendidamente favorables

á

los jesuitas, que nadie

puede dudar la influencia del padre Lazari Giacomeli y otros

aficionados

á

estos padres, que han hecho poner en boca de Su

Santidad las expresiones que se leen en el Breve, y está.n supe–

rabundantemente rebatidas por' los tribunales

y

escritores de

Francia

y

Portugal, sin que sea necesario añadir razones ni

tomar como actos infalibles los estatutos qne las congregacio–

nes de los Jesuitas, sin noticia de los reyes han adoptado

á

provecho suyo : pnes se debe mirar como hecho de un tercero

que no puede perjudicar á los derechos de la regalía, á la de

los obispos, ni á los de otros

nin~unos

interesados, rorque este