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tamente; en .manera que alanzada la·
ociosidad, que es enemi&a del alma,
no apaguen el espíritu de
1a
santa ora–
ción y devoción, al cual todas las otra¡:;
cosas
temporales deben servir; y del
precio de su trabajo, reciban las cosas
necesarias del cuerpo para sí y sus her–
manos, salvo dineros ó pecunia;
y
esto
1
humildemente, así como conviene á sier–
vos de Dios, y seguidores de la muy alta
pobreza.
CAPÍTULO VI
QUE LOS FRAILES NO APROPIEN
Á
SÍ AL–
GUNA COSA, Y DEL PEDIR LA LIMOS–
NA, Y DID LOS FRAILES
ENl~EltMOS
Los frailes no apropien á
AÍ
alguna
cosa; ni casa, ni lugar, ni alguna otra
cosa; más así como los peregrinos y
advenedizos en este mundo en pobreza
y humildad, sirviendo al SeJior, vayan
por limosnat con confianza; ni leR ron–
viene tener vergüenza, porque el Señor
se hizo pobre por nosotroH en
eRte
mun–
do. Esta es la alteza de la muy alta
]JO–
breza, mis muy amados hermanos, esta–
bleció herederos y reyes del reino de los
Cielos, os hizo pobres de las cosas tem–
porales, y os enRaizó por virt,udcs.
ERta
sea vuestra parte, la cual lleva á la tie–
rra de los vivientes;
á
la cual, muv ama–
dos hermanoR. de todo en torio
OH
alle.
gando. por el nombre ele Nuestro Señor