Siglo
XVII.
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~
18
HISTORIA
E.CLESiASTICA
tolerancia
no
ti~ne
por objeto sino los Do
mas falsos,
y
respecto de lo$ que se ob
tinan en sostenerlos-
despu~s
que los pros
cri~i6,
se contenta con apartarlos de su co
munion ,.
y
abandonarlos-
á
su
sentido
ré
probo :·
á
los- Príncipes
toca
ver si
impor
ta
á
la quietud
y
á
la tranquilidad
del Es–
tado el tolerar
á
los
que
no se
conforman,
6
desterr~rlos
como
insociables•.
1 I
Hemos visto
con
un
vivo
sentimien·
to
á
las· pasiones- humanas penetrar hasta
el
santuario,.
la
an1hicion ,. la avaricia
1
el
in–
teres-
y
aficiones aun mas- vergonzosas, en–
cenderse
en
el alma:
de
los
pastores
:J
y
al
vicio- mismo
sentado en
la
Silla
Apost6lica,
afligír
tanto
mas sensiblemente la
Religion:r
quanto el escándalo- se atrevía
á
descubrirse
en un lugar mas·
santo·
y
mas-
e!evado , ha·
briamos
querido-
poder
echar et
velo- sobre
objetos
tan tristes.. Pero
al
mismo
tiempo
hemos
advertido que·
estos.
Pastores~
estos
Pontífices tan poco dignos-
del
puesto su–
blime
á que
Dios por
los
impenetrables
de–
signios de su
justicia
había permitido- que
fuesen elevados ,
no
ordenáron jamas cosa
ni la
defini éron en nombre
de la Ialesia que
fuese
contraria
á
su sana
Doctrina
~ocante
al
D ogn1 a:
y
á
la
Mor~]
:.
si algunos faltáron
al z
lo
y
á
]a
fortaleza
7
si
otros manchá–
r on el trono Pon tific io eón
flaqu-ezas ,
y
aun
c;on