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gtur · sus pasos!
Una
n1ultitlld
dé hombres Sialo
asados con el nombre de Fil6sofos despues
XVII.
de
haber atacado
todos los·· Dogmas
del
Christianism.o
se
esforzáron
él
desquiciar
to-
das
las
máx~mas
en
que
descansa
el edifi-
cio
de la Sociedad,
todas
las
verdades
que
son la esperanza
y
el consuelo de los
honl-
bres :
es decir , que despues de haber abierto
su
boca contra
el
Cielo ,
su lengua
se
'ha
vuelto contra la tierra. Ncgáron la
divini~
dad
de la
.R:.eligion Christiana ,
la
de Jesu-
_
Christo , la inspiracion de
las
Escrituras'·
la
·posiblidad de las profecías
y ·
milagros ,
la
espiritualidad de las
almas
y
su inmortali–
dad , ]a certidumbre
ele
la vida '. futura,
y
otras mil cosas. Despues
aniquiláron
los Dog·
mas
de la
Religion
natural
de
que se qecian
· los Apóstoles,
y
por una
conseqüenci~
in-
. evitable de su sistema llegáron hasta predicar
sin
revozo
el -atei.smo ,
y
á
llamarse
á
sí mis–
mos
los bienhechores del género humano,
y
los enetnigos
de la
supersticion
por ha–
ber hecho
á
los hombres estos importantes
servicios.
De la
supersticion,
como
si
no
fue..
l'a
freqiiente
el
encontrar Fil6sofos mas
su–
persticiosos que
l~s
hon1bres
mas igrioran–
·tes
y
incrédulos que lleven la credulidad mas
adelante que el vulgo. 20lvid:íronse
~caso
que
el sabio
Aurelio
autorizó todas las
supers–
ticiones
gentílicas
que
Juliano,
aquel héroe
D9
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de