Siglo
XVIi.
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1 ,
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HISTORIA
ECLESIASTI~A
circunstancias
que
pudieran
impedir
la cla
1
, ~
ridad sin aumentar
el lnteres.
Pero hemos
te
nido
razones mas fuertes
todavía para n
admitir ninguna de las
anecdotas-
n1aligna~
pinguna expresion
satírica
que otros Escri
tares
intentáron añadir ;
ninguna conjetur
frhrola
y·
temeraria
por
las
quales
se
intent~
hallar
en ·tos motivos
y
en
las
int5!nciones
~<Íu~
solo
Dios
~onoce
, cosas
con que
S;
_obscurezca
el
respla11dor de. las mejores
a~
e
iones. Este
alimento
de la malignidad , im
portuno en qualquier
parte ,
aun
lo
est
mas
en
las obras
.de
la naturaleza
de ésta
1
porque
los
que se
destinan
_á
dar
á
conocer
ll
r eligion ,
pintándola
tal
qual ella
es , sublirn
en sus
dogmas,
pura
y
santa
en su moral
~o·
llenan
el
objeto
que se
hln
propues1:1
si
oo
l~ hac~n
amar.
¿Y
qué
esperanza
puo,
den~ t~-- d,e
inspirar
su .
am.or,quando paij
rece que
solo se
.ocupan en
_desacreditar :;
los
cuerpos
y
:í
los
par.ticulares (.que
fuéroJ·
su ornamento
~
·2 Quáudo se
dedican
en
t~
das
ocasiones
á ,
sembra·r sospechas
odios~
contra
aquellos contra
quienes les
parece qlJ¡
tienen que .
quejarse~ ~
y
quándo todo esto
n~~
· está
fundado
sino
eú
preocupaciones mue
:1
v eces
falsas
y
siempre
atrevidas origina
solamente
del espíritu
de
partido~
Nada ·
, esto ha
intervenido
en nuestra
obra,
y
oc~
glorian1os ,
aunque á
nu~stro
parecer, no
m4
·
·
no
1