I
~
2
HJSTOR.IAECLES!ASTICA
S\glo
tigüedad ,
el
haber introducido '
ideas,
má
XVII.
xln1as,
y
un
1
enguage
de
que no
~e
halla ves
tigio alguno en
los escritos de
los Padres
y
de
los
Asceticos .
mas
célebres,
y
aun
todavía mas el haber sido para
un crecido
número
de
almas
engañadas
un manantial
de
ilusiones
y
de extravíos.
N6
por
eso se
debe
concluir de
estas
ob..
servaciones ,
que
qualquiera n1Ística
es falsa
Ó
peligrosa ,
y
q~e
no
hay una
espiritua·
lidad s61i-da , pura ·
é
infinitamente
saludable,
cuyos _caminos
no esten patentes
á
todo
el
mundo;
porque
Jas
~dmas
que se
consagran
á
una
vida
roda
interior,
y
oculta
toda
en Dios por
el
hábito
que contraen
de
poner una
barrera entre
ellas
y
las
cosas
ex–
teriores ,
de reconcentrarse en ·
s{
mismas,
de
aplicarse fuertemente
á
Jos objetos
purclmen–
te
intelectuales; se substraen quanto
es po..
sible al imperio de
los
sentidos. En
el
fer•
vor de sus
meditaciones
y
su
comunicacion
con
Dios
reciben
luces
t~n
vivas ,
y
expe·
rimentan efectos tan
extraordinarios ,
que no
se pueden atribuir
sino
á
una opéracion se–
creta
é
inefable del
Espíritu
Santo
sobre
ellas. Los estados
á
que se han elevado,
y
las
mociones
que pasan
por
ellas
en
estos
mon1entos
preciosos , tienen. alguna
cosa
tan
alta
y
tan dificil de explicar por las
reglas
~<?m
unes,
que
es.
menester
reconocer
nece..
sa•