GEN~RAL.
II9
!scritos
del
tiempo,
por
la
conducta ·
que tu- Siglo
.vo
en todo el
curso
de este
negocio ,
mo- XVII.
viendo
.y
atizando
siempre el fuego de la
division en el
profundo
de las tinieblas
en
donde
se ocultaba ;
pero
bien
pronto
se
vi6
obligado
á
tomar
la
fuga
y
oculta~se
por
:evitar
la
suerte
de los que le ·habian
pre-
~edido.
El. Arzobispo .
de
Tolosa,
como Me–
tropolitano
de Pamiers,
crey6
que
en
el
es ...
tado de ,confusion
y
turbacion en
que
se
hallaba esta Iglesia ,
er~
de su obligacion
y·
:vigilancia
non1brar oficiales
que
la goberna–
. sen ,
atendiendo ·
á
que
el
nombramiento
y
'la instalacion can6nica
de
un
Obispo ,
vol-
:
veri.tná
arreglar
las
cosas. Nombr&, pues,
:
un Vicario
General
y
un Protnotor ;
pero
:
el
Papa ,
siguiendo siempre
sus
primeras
ideas,
Y
no perdiendo de
vista )as
'insinuaciones de
:
los
que se interesaban en enredarlo todo,
con6:-m6
Jos Vicarios Generales establecidos
por el
Cabildo,
y
priv6 de toda autoridad
al que habia
substituido por
ellos el
Metro–
politano.
Los
,.., Breves
que
escribía
á
este fin
al
Cabildo
de
Pdmiers ., al Padre
Cerclo
y –
Arzobispo
de Tolosa ,
tienen
un mismo esti-
- lo,
y
se fundan
sobre los mistnos
princi–
pios
de
que
ya
hemos
hablado.
Causa
n1o...
lesria
al .
leerlos
hoy ,
el concebir
con1o -
en ·
un siglo tan ilustrado como el XVII ;
un
Pa–
pa tan virtuoso
y
tan
lleno
de
luces
con1o
H4
lno-