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O
HISTOR.lAECLESlASTICA
Siglo
continuacion del Concilio de Trento volv·
XVI.
á
él Don Bartolomé de los Mártires en
1
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adonde mostr6 , su zelo
y
su firmeza , gr
tando fuerten1ente contra los abusos,
y
d
mostrando con razones sin'- réplica la nece
sidad de reformar todos los Ordenes de
1,
Clerecía. Si
la libertad valerosa del Sant<i
Prelado desagrad6
á
algunos , le gan6 la
es
timacion
y
la veneracion de todos los
~ue
amaban sinceramente
á
la Iglesia ,
y
que
1
de...
seaban se tomasen los verdaderos medios pa
ra
remediar los males con que se hallaba
afligida. Habiendo pasado
á
Ron1a con -el
Cardenal de Lorena, habl6 al Papa del mis
mo mbdo
q~e
.lo babia hecho en .el Con
cilio,
y
no le disimul6 lo que pensaba de s
Corte, sabiendo conciHar el respeto debid
á
la
e~
heza de la Iglesia , con ellenguage fir
me
y
generoso que conviene·
á
.un Obispo
Aunque
~n
sus conversaciones con el Pap
,nada tuvo de cortesano, halagüeño
y
lison
gero ,
y
que sus discursos se reduxesen rara
vez
á
elogios, concibi6 el Pontifice ácia él un
grande est.imacion. Durante su mansion en
·Roma se
1ig6
·con una amistad particular
coa
San Cárlos Borromeo : estos dos hombres es
taban formados el uno por el otro , se comu
nicaban sus mas Íntimos pensamientos,
y
se
alentaban tnutuamente
á
trabajar por la Iglesia,
cuyas necesidades conocian mejor que nadie.
A