C~N~RALe
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.quiso .
per~uadir
al santo Prelado
á
huir
~iglo
rno Jos
dem~s
, pero desechó estos conse- XVI.
de
la prudencia humana ,
y
se
negó
á
an.donar su rebaño en una tan grande ne–
·idad. Luego ordenó Rogativas públicas
ra
templar la .cólera
de
Dios,
y
se
le vió
uiendo
á
su Clerecía,
y
marchando
en
Jcesion con los
pies
desea lzos ,
y
una so–
: al
cuello como una víctima
que
se
,sa–
fica
á
la
Justicia Divina
por. la salud de
Pueblo. Vendió..
quanto
tenia para
socor–
. á
los
enfermos·. '
rno
teniendo sosiego
has–
tanto que
no
quedasen
en su
palacio
mue–
~s,
pan, ni
dinero.
No
contento
con este
.spojo , se consagró
al servi cio de
los
con–
giados como si fuese
inaccesible al,
.acome–
nien!O
de este
horrible
mal.
Oia
sus
con–
)iones,
les
administraba
el santo
Viático, .
cibia sus últimos
suspiros,
y
·suavizaha to–
l
lo
que
tiene · de
espantoso
este
género
de
uerte , . prometiéndoles cuidar de
las perso–
LS
queridas
que
les sucedian. Retirado
á
su
1lacio
duplicaba
sus oracione-s , sús
auste"""
dades ,
tratándose como culpado ,
y
como
si
>lo sus
pecados hnbiesen irritado la
cólera.
el
Cielo.
Salia despues
á
media
noche,
y
!corría
las cJ.lles
para ver si a1gun
desgra•
·ado
tenia.
necesidad de su
socorro.
Qual–
uiera que con1pare
los efectos
de
esta
ca–
.dad heroyca con ciertos
actos .
de benefi-
cen-