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HISTORIA
ECLESlASTICA
Siglo que en todo lo demas,
y
de que mantenía
una
XVI. cantidad prodigiosa, en cuyo número no dis·
tinguia
á
sus parientes necesitados de otros
indigentes ,
á
lo~
que da ha alivio como po•
bres segun sus necesidades ; pero no
pasab~
de aquí , rezeloso de que se pensase que
lo~
vínculos de la sangre le obligaban
i
ser ma!
liberal con
ellos que
con los demas. Pasó to
dp
el tiempo de su
Episcopado~
que
dure
once años , en estas ocupaciones santas. Lue·
go
que conoció se acercaba su
fin ,
distri·
huyó lo poco
que
le restaba,_
y
dió hasta
s1
cama , suplicando
á
la persona
á
quien 1
donó el
que
se la prestase hasta su muert(
que sucedió
en el
n1es
de
Septiembre de
1
55
5
Se
le
hiciéron magníficos funerales , pero
1
que mas aumentó la pompa,
fué
ver al re
dedor de su ataud cerca de nueve mil
pe
bres , que lo lloraban
como
á
Padre.
El
p,
pa
Alexandro VII
le
canonizó en
1
6 5
8.
Santa Teresa,
y
San Juan de la .Cruz.
hubo en algun tiempo una alma nacida d
chosamente para la virtud,
fué
la de la ilu
tre Teresa. Nació en Avila, Ciudad cons
derable de Castilla la Vieja en
I
51
5.
Er:
sus padres . de ilustre nacimiento
y
de u
gran piedad. Mostró desde su infancia
u
inclinacion completa por la piedad ; pero Di
que la destinaba para conducir
á
otras en
camino de la perfeccion ,
la hizo probar
t1
'j