Siglo
XVII.
·3
t
8
HISTORIA ECLESIASTICA
tera destrúccion. Querian · tener un medie
seguro de conocerlos,
y
un pretexto plau–
sible para . hacerlos mirar como malos ciu"'
dadanos., enemigos públicos del Príncipe
y
del Estado. El fa_moso juramento de fideli· ·
dad no tenia·otro fin. Este era. una
fórm~J,..-
)a
tocante
á
la Soberanía.
temporal
·y
á
1~
independencia del Rey , por la qual se de–
claraba que los Papas no tienen facultad.
para deponer
á
los PrÍncipes , ni privarlos
.de sus
Estados;
que los Reyes
excomulga~
dos por los Pontífices ·Romanos no pierden
ninguno de sus derechos legÍtiwos ; que no
es
pern)itido
á
ninguno conspirar contra
su
vida ,
y
que la doctrina que enseña lo
con~
trario debe detestarse
como
impía
-y
heré–
tica. El instrumento que contiene esta fór–
mula no habla de la jurisdiccion espiritual,
ni de la superioridad que se atribuian los
Reyes de Inglaterra en el órden de ]a Re–
li~ion
desde En rico VIII, ni tan1poco de la
Liturgía Anglicana ;
y
tambien
el
Rey
de–
clar6 positivamente, que haciendo
á · todos
sus vasallos que
firmasen
esta
fórmula
y
el
juramento que contenía , era su intencion
¡olamente pedirles una obediencia civil; si n
tocar en lo que conviene -al
culto
y
á
la.
fe.., Viendo los mas de los Cat6licos del mis–
mo
modo la
nueva ley , no tuviéron
ningu .;;.
na
dificultad en
~ujetarse
á
ella. No
d~scu•
brian