r
·
GENER.A:t.
301
, :)x~ma t~n
sabia
y
tan
verdadera, que j:t-
Siglo
1as
hay causa legítima para romper
los vín-
XVII.
ulos
de
la
uni\.lad.
En
este estado de
co-
l S
habia lugar de esperar mas que nunca,
lue · si
varones prudentes
y
circunspectos,
tesasidos de toda pasion
y
de todo interes.
)ersonal .,
Teólogos
vers~dos
en
el
estudio
1e la antigiiedad
sagrada ,
acostumbrado~
á–
nanejar la controversia
'CDO
ánimo paci6-
:ador,
y
moderado ,
volvian
á
entablar las
oegociaciones tantas veces principiadas,
y
otras
t.anta5
rompidas ,
podria
resultar de esto·
al
1
~n
un tratado de
un
ion ·sólida
y
durable entre
,.dos comuniones, que por mucho tiempo no
habi1 .
formado
mas que
una
y
un cuerpo.
El
En1perador Leopoldo, llevado de
b·~
mismas idea:; que sus .antecesores, no desea–
ba
con
m~nos
ansia esta concordi;¡
p~ra
bien
del Estado
y
de la Religion. La
e;
dietas
se
ocupáron de nuevo en esto ;
Christ6val
Ro–
chas
d~
Espinela , Obispo de N
eustad
t,
Ciu–
d~d
de
l1
Austria
baxa, que habia sido
Con–
fesor
· de }a
En1peratríz
MarÍ:t
Teresa
de -
Austria , primera muger de Leopoldo, Pre–
lado tnuy instruido ,
y
muy
zeloso por la
reunion ,
dah1
con los Ministros Lutera–
nos pasos que se
dirigian
á
este 6n. -
En
al–
gunos hal16 disposiciones
pacíficas , que
le
animáron
parJ.
continu~r.
Leopoldo,
satisfe–
cho
del
buen éxito
de lo que había
ya
he-
cho