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Hí"STORlA ECLESlASTICA
s¿glo
de
ciertas
oraciones '
á
los exó·rcismos '
á
XVII. las
bendiciones ,
&c. son otrós tantos
me,..
dios
de
que se valen pata mantener la cre–
dulidad del Pueblo ; tan crédulos ellos
n1is~
mos en fuerza de su ignorancia ,.
como
el
Pueblo grosero , son
los
prin1eros
que es–
tan persuadidos de todos los cuentos que se
les oye publicar, sin que el
interes
propio
pueda
~acer
sospechosa. su buena fe' en es–
ta
parte.
Adémá!i
no
podemos ménos de
qbservar , siguiendo
á
los viageros n1as fide–
dignos , que si
los Griegos
de
hoy
en di a
se parecen
á
los de los tien1pos antiguos .en
la sutileza
y
astucia ;
no
se les asemejan
ménos en
la inclinacion
que
los
mueve
á
abrazar con ansia
quálquier
cosa
ql:le ten–
ga visos de admirable.
En
otra
parte
hetnos
dicho
que
entre
los
Griegos ,
quando
una Silla está vacante, el
Obispo que
ha
de ocuparla es elegido por
Jos
otros
Prelados, que
se congregan
á
es~e
fin ;
pero que el nuevo
Pastor
no
puede
ser
consagrado , ni tomar posesion de su Iglesia
sino en virtud de un decreto del Gran Se–
ñor, que
exerce
en este puntó ]a autoridad
de que gozaban los
E~peradores
Cbristianos
ántes de ellos. Este decreto se paga sietnpre,
y
cuesta n1ac;'
6
ménos
segun
la
renta
asigna..
dl
á
cada Silla ,
ó
por
mejor decir,
segun
la
idea
que de ella
tienen
los
Ministros
de~
Sul·