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Con este tono magistral el
grctn erudito
del neo-protestantismo
cree haber arrollado á
los ignorantes celadores fanáticos
de la con...
fesion sacramental.
¡
Destino merecido de la mala fe condenada
eternamente á pasar por los mas degradantes bochornos! Abranse
los volumenes de esos grandes Doctores,
y
la astucia heretical tendrá
que huir con el rostro cubierto de verguenza á sus lóbregos escon·
dríjos. No era el Serafico doctor San Buenaventura, á cuya sombra
pudiese guarecerse
e~
sus derrotas el genio del error. Solo el que
no haya saludado sus obras, podrá ignorar los diferentes tratados?
que con admirable erudicion de las sagradas Escrituras y de los
Santos Padres ha escrito el Serafin de Los Menores para probar _la
institucion divina del santo sacramento de la Penitencia,
y
·la
necesidad, el precepto evangelico, las condiciones
y
las ventajas de
la Confesion auricular.
El carácter de nuestra obrita no nos permite
mas que presentar un pequeño trozo de uno de ellos') contentán–
donos con remitir á nuestros lectores á los lugares de sus obras?
en que podrán ver los demas (1). En el libro VI del
Compendio de
la verdad teologica,
cap. 3, dice así :
«
Cristo instituyó los Sacra..
»
mentos de la ley de gracia, como legislador de una nueva socie–
»
dad, en la cual llamando
á
sus individuos á los premios, les dió
>>
preceptos, les instituyó sacramentos. Cristo pues, Verbo del
»
Padre, era la bondad
y
la verdad por esencia; en razon de su
»
bondad inmensa prometió premios, que hicieran al hombre feliz;
»
en razon de su sabiduría verdadera le dió preceptos que le diri–
»
gieran; yen razon de su poder le instituyó Sacramentos, que le
»
ayudáran; de manera que por los Sacramentos se robusteciera
»
la vírtud para guardar los preceptos? y por la guarda de los
»
preceptos llegase
á
la posecion de los premios. Instituyó empero
>>
los Sacramentos en palabras y elementos... De diferente modo
>>
instituyó Dios los Sacramentos : á unos los instituyó antes de su
(i)
In
Pharetra,
lib. II, c.
XIX ;
e( Ser
m,
de Confessione,
etc.