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por Dios madre y maestra de lw pueblos, reconoce
que es_deudora
á
todos,
y
siempre está dispuesta
y
~~s~';.'J~:,
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~~n~!~~dos~os~~fl~~a;
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buenos
y
conducirlos
á
lo mas perfecto. Por esta. razon
en ningnn tiempo ha. podido desistir de testificar
~predicar la. verdad de Dios, que sana todas las cosas,
pues no ignora que
á
ella le
fué
dicho:
Mi
.&pí1·itu,
fl"6 utá en tí,
y
mis palaln·as que pus& en tu boca, 110
se
apartarán~
tus labios alwra, ni jamás 1UL8ta la
fin.
(1).
Nos pues, insiguiendo
!ns
huellas de Nuestros Pre-
~:~~s~~~s~eh~~~J'~:Jti'd~
Íeª
!~:it~~ ~rN~r!~~~tt
verdad católica,
y
de reprobar las doctrinas á ella con–
trarias. Ahora empero sediendo
y
juzgando con No•
los Obispos de todo el orbe, congregados en el Espiri–
t11 Santo por nuestra autoridad en este Concilio ecu-
:!dt~?~Ja1:p~¡;:~s1:nr~~f:~ª:;\~~~si~~;!~~!~!~fu
recibido de la Iglesia católica
y
santamente gnardo,
4esde esta Cathedra de Pedro
y
en presencia de to–
dos hemos determinado definir
y
declarar la saluda–
ble doctrina de Cristo,
y
con la potestad qne Dios
nos ha dado proscribir
y
condenar los errores á ella
opuestos.
CAPITULO PRIMERO.
DE OJOS ORL\DOR DE TODAS
J.AS~liA8.
y
~~~~~:i~~:n~:y°"u!.6~~j~Ab~~!ó~~:d~~~a~a~~~
Criador
y
Senor del cielo
y
de la tierra, omnipotente,
~~=~:\:an~o~~n~i~P;:~~~i¿n~~~~ai~i:n~~gne:;
sustancia espiritual, singular, del todo simple ó incom–
mutable, debe ser predicado distinto del mundo, en
(1) Isaias, LIX, 21,