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LIBRO TERCERO 1'11'. YII.
CAP. XVII.
Que eu las Processiones de la Semana Santa no vayan muge–
res en habito de Penitentes,
ni
los Mayordomos de las Co–
fradías les presten las tunicas para ello.
Porque de ir mugeres en habito de penitentes
en las Processiones, que se hacen en la Semana
Santa, se siguen muchas ofensas
á
Nuestro Señor
por los graves inconvenientes que ha havido; Man–
damos S. S. A. sopena de Excomunion mayor, que
ninguna pl;leda ir con el dicho habito dicisplinan–
dose,
ó
alumbrando con cirios,
ó
en otra manera;
y damos licencia
á
qualesquier Alguaziles,
y
Mi-,
nistros de Justicia, que les quiten las tunicas, que
llevaren, y las tomen para si; y so la misma pena
de Excomunion mayor, y de diez pesos, aplicados la
mitad para el denunciador, y la otra mitad para la
lumbre del Santissimo Sacramento; Mandamos,
que ninguno de los Mayordomos de las Cofradias
sea osado,
á
prestar, ni alquilar las dichas tunicas
para el dicho efecto por si, ni por interposita per–
sona.
CAP. XVIII.
Que se g uarde
la
'l'abla de los Sermones, que de nucn• se
ha bocho para esta Ciudad, y que en los demas lug·ares de
este Arzobispado, donde huviere commodidad, se haga ot.ra
para cada vno dentro de sesenta. dias.
Por quanto, conforme al estado presente, hemos
hecho nuestra Tabla de los Sermones, que se han
de predicar en esta Santa Iglesia; Mandamos S. S.
A. que la dicha Tabla se guarde, y que se ponga
con estas Constituciones; y que assi mismo en to–
das las Ciudades, y lugares de Españoles de este
Arzobispado se haga otra Tabla, donde huviere