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VERDADERA IDEA .
DE LA
'
'
PARTE
PRIMERA.
CAPITULO
J.
De la dife.·encia que hay ent1·e la iglesia
y
el obispo, entre la
s~de
y el que la ocupa.
§.
l.
pARA
proceder con toda )a precision
y
exactitud
posibles, prese.ntaré la serie de mis proposiciones de
tal· manera ordenadas, que la una sirva de ilustracion
á la otra; con lo cmi1 resultará al cabo por último
analísis una demostracion completa de la doctrina que
me propongo sostener en esta obra. Primeramente
advierto por regla general, que cuando se nombra
una iglesia, como la de Roma, de Leon, de Milan,
ó cua1quiera otra, se entiende siempre el clero que
la compone: es decir, los canónigos
d~ ~a
catedral,
todos los párrocos, los demas eclesiásticos seculares
y
regulares,
y
todo el pueblo cristiano de la diócesis.
Tal es la idea complexa que ofrece la voz iglesia,
la cual significa una .asamblea, congregacion ó socie–
dad de fieles bajo la conducta de sus pastores. El
pueblo reunido al sacerdocio,
sacerdotiplebs
aduna.ta,es lo que se llama iglesia
á
juicio de san Cipriano:
en este sentido natural
y
primitivo usaron siempre de
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