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representar la iglesia, de la representacion actual.
Expliqué al1í lo que se entiende por representar una
iglesia,
é
hice ver que si todo obispo y el papa, cada
cual por su carácter respectivo, tien en este derecho
de represe ntacion, el uno respecto de su iglesia
particular, y el otro de la universal; nin guno le
ejerce de hecho, es decir, ninguno la representa
efectivamente, sino cuando obra con la autoridad
de esta
á
su nombre, y scgt\n sus i_nstrucci<mes; á
la manera que un enviado no representa
á:
su prín–
cipe sino cuando obra conforme á sus instrucciones
y
al tenor de sus poderes. De donde se deduce que
, si el papa á la cubeza de los concilios generales pro–
mulga decretos de unánime consentimiento de los
pastores; si aun por sí solo da una decision que reu–
na la ¡¡nanimidad moral del episcopado; si ejecuta
á
nombre de la iglesia leyes establecidas por esta,
ó
propone la doctrina notoria y constantemente profe–
sada en ella; en todos estos casos la representa de he–
cho, porque obra en efecto con toda la autoridad de
la igle:;ia, cuyas leyes son soberanas, y cuyos juicios
no tienen apelac(on. Fuera de estas circunstancias,
aunque el carácter de gefe le da siempre la preroga–
tiva de poder representarla, no la representa por sí
solo, ni ejerce
es~e
derecho, sirw cuando obra de con–
cierto con todos sus hermanos. La aplicacion de es–
tos principios al argumento de que nos hemos hecho
cargo, acabará de demostrar su falsedad. Con ver–
dad se dice que cuanto las
santa~
Escrituras atribu–
yen á la iglesia universal, conviene tambien al que
la representa, cuando la representa en efecto; esto
es, cuando obra
á
su nombre y con toda su autoridad:
pero no es cierto que el papa la represente solo é in–
dependientemente de todo el concurso fraternal. Su
Jerecho como gefe
á
la representacion de la iglesia.
está sujeto á condiciones, sin las cuales no la repre–
senta.
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aquí desvaneli\ida como humo toda la difi–
cultad propuesta.