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éstad o persuadidos de la

existen~ia

de otra autori–

dad superior, su lenguaje · fuera mentido y fa! a¡¡; :

consecuencia neces¡¡ ria de !á suposicion insensata de

a quell os que interpretan esta ingénua

")~

since ra de- .

claracion de los papas por simpl es y voluntarios

ac~

tos de su humildad, no obstante los cuales e ran siem:

pre á rbitros de de

·uir todo el der,echo .canónico:

como si la humild a

pudi era casarse y sub::iisti r con

la mentira. El padre Orsi responde al arg umento in–

ve ncibl e ded ucid o de los

pa~ages

citados, que los· pa–

pas hablaban y obraban asi para rlm· bu en ejempl'o

los demas tocante

la observancia de los cánones;

y con este motivo hace, segu

n lo tie1

1e de costumbre,

inoportuno y fastuoso alarde

de.su

·erud icion en lofi

autores sag rados y profanos.

Esto

no es respond er,

sino eludir la cuestion. Los papas no se limitan á

decir que quieren ubS'ervar los cánones; exti énden–

declarar su obligacion en esta parte, y la nuli–

dad é insubsistencia de todo lo que contra ellos qui–

siera n ha cer. De donde la forzo sa y evidente con–

clu sion, que aquel los santos padres estaba n íntima:

mente convencidos de

q~ae

si el pi·imado les daba el

luga r preferente entre sus igu ales,

intm· pa1·es,

y cier–

ta autoridad sobre cada. obis po en partieular, no por

eso la tuvieron sobre todo el cuerpo ó In iglesia uni–

versal, en quien reconocían toda la fuerza legislati–

va,

toda la plenitud del J?Ode r esp iritu al.

§.XXIII.

Bien podemCls inferir de lo dicho hasta ahora cual

es la forma natuntl del gobie rno eclesiástico estable–

cido por J esucristo, muy distinta en verd ad de la

in'l aginada por los defensores del poder ilimitado del

papa. 'E l padre Orsi en su pomposa aunqu e frívola

refutacion dirig id a contra .Bossuet, di se rta la rga men–

te sobre el gobierno monárquico de la iglesia,

atri;

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