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escribía al papa Damaso: "Me
asoci~
en la
comunion
á
vuestra beatitud: es decir, á la cátedra
de san Pedro, sabiendo como sé, que sobre aquella
piedra ha si Jo edificada la iglesia (
l
)."
San Ireneo
dice: '
1
Es necesario que todas las iglesias vengan á
parar á esta por razon de su primado,
y
que los fie–
res de todas partes se congreguen en ella como cen–
tro de unidad (2)."
El
concilio de
Sár~ica,
dice en
su carta al papa Julio: "Siempre será muy conve–
niente y en gran.manera provechoso, que los sacerdo–
tes del Señor diseminados por todas las provincias,
se dirijan á la cabeza, esto es,
á
la sede del apóstol
san Pedro
(3)." .
Léase ademas á Optato de Mileve
en su libro 2 contra Parmeniano, á san Gregorio de
Nacianza,
y
á los demas padres griegos
y
latinos,
y ·
en todos se encontrará el mismo lenguaje sobt>e este
artículo. Yo añadiré solamente aquí la autoridad de
algunos concilios ecuménicos.
El
de Efeso da
á
san
Celestino papa el no'mbre de
padre,
y
le dice que
conforme
á
sus cartas
y
á los sagrados cánones, se
ha visto en prccision de condenar
á
Nestorio. En la
sesion
u
del mismo concilio el legado Filipo llama
á
san Pedro
cabeza de los ap6stoles,
y
á san Celestino
cabeza del santo concilio.'
En el de Calcedonia los le–
gados de san
J~eon
le llaman
cabeza de la igles1:a uni–
versal;
y
los obispos mismos en la relacion que le
hacen, afirman que había presidido como cabeza res–
pecto de los miembros. Fundado en esta doctrina el
concilio de Constanza, justa
y
debidamente condenó
(1) Beatitudini ture, id est cathedrre Petri com¡nuniooe coosocior:
super illam petram redificatam ecclesiam scio.
(2J Ad hane ecclesiam propter potentiorem,
(
6 como se lee en
otros ejemplares)
potiorem principalitatem oecesse est omnem con·
'Veoire ecclesiam, ad illam aggregari, tamquam centrum unitatis eos,
qui sunt undique fideles.
(3)
Hoc optimum, et valde congruentissimum esse videbitur, si',
ad caput, id est ad Petri apostoli sedem de singulis quibuscumque
provinciis referant Domini sacerdotes.