![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0149.jpg)
[ 127 ]
ppdian set· denunciados
á
e-lla hasta los mismos obis–
pos. Los padres del segundo concilio ecuménico er(
carta dirigida al papa Damaso se excusan de no po–
der asistir al concilio de Roma, al cual, dicen, habían
si-do convocados por él corno miembros por su cabe–
za. San Juan Crisóstomo, depuesto inju:Stamente por
la faccion de Teófilo de Alejandría, esct'ibe al pon–
tífice romano en los términos siguientes: "Escribid,
os suplico, y declarad en virtud de vuestra autol'idad
por dé ningun valor estas injusticias inicu amente he–
chas contra mí, que estaba ausente, y no me oponía
á
ser juzgado;
y
sujetad los autores de semejantes
procedimientos
á
las censuras de la igl esia (1)."· Na–
die ignora que en la causa de los pelagianos, tanto
Pela,gio
y
Celestio, como los obispos de Africa reco–
nocieron la autoridad de la santa sede. Todo esfo
pasaba en siglos que
á
juicio
d~
los mismos· hereges
fueron los mas hermosos de la iglesia de Jesucristo;
cuando la doctrina evangélica conservaba toda su
pureza,
y
la disciplina eclesiástica todo su vigor. Por
tanto es necesario confesar que la doctrina del prima–
do de honor y jurisdiccion en la sede apostólica vie··
ne de las fuentes mas puras de la tradicion·.
§.
Il.
Seria muy fácil componer una serie no interrumpí·
da de testimonios de los padres, asi griegos como la–
tinos, sobre esta materia como puede verse en mo–
chos escritores que abundante
y
detenidamente
m
han tratado. Es constante que lá misma doctrina se
conservó pura entre Jos griegos hasta principios de
su cisma. Focio, autor de esta funesta calamidad, di–
rigió primero sus esfuerzos
á
ganarse los pontífices
(1) Scribite, precor, et auctoritate vestra decernite hujusmodi
inicua gesta, nobis absentibus, et judicium non declinantibus, nuiJius
asse roboris; eosque qui talia gessere, ecclesire censuri's subjicite.