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da Diós á conocer la perfecta unidad que ha estable-
cido en su igl"lsia.
.
.
§.
IX
No hay duda que san Pablo reconoció el lugar emi–
nente que ocupaba san Pedro, cuando pasados tres
años de su oonversjon fué
á
Jerusalen, no para visitar
á
alguno de los otros apóstoles, sino determinada–
Fnente por ver
á
san Pedro, con. quien s.e detuvo quin-
. ce dias. San Juan Crisóstomo hace valer esta cir–
cunstan()ia
á
favor de la primacía de san Pedro. El
mismo padre llama la atencion sobi·e la manera en
que desempeñó san Pedro sus funciones de gefe en
~1
concilio de Jerusalen, hablando el primero, y pro–
poniendo
á
la asa:mblea la c.uestion suscitad<'\ sobre
las ceremonias legales. Bien es que.san P edro come–
tió despues un error so.bre este asunto, que él ha–
bía decidido. de comun consentimiento con los de–
mas, separándose en Antioquia,
á
causa de los judíos,
de la con;wnion de Los gentiles. ·Pm·o este mismo ca–
so prueba la primacía de
S!IJD
Pedre.. Su ejemplo fué
<;!:e tanto peso, que to.dos se quedaron atónitos, in–
cluso san Bern'ab.é compañero de san Pablo en la
conversion de los gentil·es; .por cuya causa se vió es–
te. apóstol en la necesidad de resisti·r de frrente
á
san
Pedro
á
presencia de toda la iglesia de Antioquia,
consiguiend@ reducirle al recto sendero por la fuer–
za de sus razones. La reflm.::ion de los padres s0bre
'este sticeso coroJ!J,a;n las pruebas cld pril'\)ad@ de san
PeclJ;o. San,Agustín en.tne otros, en la carta 82
s~re
l.a e:ll':posicion cle1la e.pístol·a
á
los. Galatas, pvesen!a
en s'an Pablo·el
mode.J:c~, seg•un
el cual debe
resi~ti~
u.n
i.nferior
á
la f-az·de sus superi:o·Des, sin fal.tar
á
la ca–
r~lilad
fra:terna,. cuando se tratw de defender las ver–
dades del Evangelio; y
en san Pedro muestra el
ejemplo d€ un superior, q.ue lleva · en paciencia, Y'