143
le arguyese de tenerlo tiranizado, por dexarse llebar de sus
Pro~
visores , Secretarios , Abogados de Cámara, y Condiscípulos?
94
7
Aun quando esto fuese probable, tendría motivo
el
R. Obispo para decir, que una semejante declamacion se debia
tratar como libelo famoso , y castigar severamente
á
su amor
con-las penas, que las Leyes tienen establecidas contra los cal u
m~
niantes
é
impostores; porque le infamaba
á
el
y
á sus subal–
ternos , haciéndole despreciable delante de sus Parroquianos. En
buena fe que no miraría como sincera y dictada por un verda–
dero zelo semejante delacion , aun quando en los hechos hubie–
se algunos ciertos. Hasta un San Pablo estimaba en t:mto la hon–
ra, que la prefaia
á
la vida ; y aunque santo, no quiso ser juz–
gado de un Juez de Provincia, y apeló al juicio del Cesar , por
no fJ.ltarse al decoro, que su nacimiento le inspiraba.
9
4 8
¿
Cree
el
Obispo de Cuenca, que su Rey y el Minis-
terio Superior de la Nacion esrán sujetos
á
la censura pública,
que quiera imprimir de su conducta en los ánimos de las gentes?
<Tan aparrado se halla del trato de genres, que no previó
el
extravio de sus intentos
?
949
La
'Verdad
de las Representaciones del R. Obispo de–
bía ser otro principio sobre que descansasen sus reflexiones. No
duda
el
Fiscal , que personalmente concurra en aquel Prelado tan
respetable circunstancia ; pero no
h
encuentra en las Represen.–
taciones, que de oficio se le hán pasado, reducidas
á
un agre–
gado de especies inconexas , dictadas como se verá por per–
sonas de limitada instruccion; pero de una aversion decidida
contra
el
Gobierno.
9
5o
~ien
haya reA.exíonado en muchas especies de los tu–
multos del año pasado , y vea con atencion
el
objeto de estas
Representaciones, creerá con verdad ser uno mismo , y encami–
narse
á
la muracion
y
trastorno del Gobierno. Por desgracia se
estaba
es~ribiendo
en Cuenca la primera Carta de
1
5 de Abril
de
1
7
66
,
dirigida al P. Confesor, sobre las cenizas y llamas del
wotin de aquella Ciudad. Iguales imposturas
y
alreracion de es–
pecies advierte el Fiscal en boca de los amotinados , y en las
~arras
del Obispo;/
é
_igual f.unilbridad en proferidas ; porqLte
a la verdad en. un ammo respetoso
y
rranquílo, (como podia
caber la expres10n que hace al P. Confesor en dicha Carca de
1
5
d~
Abril , diciéndole
á
rostro firme las siguientes palabras :
ha~
bwzdo /le:z,t1do el nombre de
V.
S. al extremo de mas
aborrecible,
que
el
de Squilace?
.