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le arguyese de tenerlo tiranizado, por dexarse llebar de sus

Pro~

visores , Secretarios , Abogados de Cámara, y Condiscípulos?

94

7

Aun quando esto fuese probable, tendría motivo

el

R. Obispo para decir, que una semejante declamacion se debia

tratar como libelo famoso , y castigar severamente

á

su amor

con-las penas, que las Leyes tienen establecidas contra los cal u

m~

niantes

é

impostores; porque le infamaba

á

el

y

á sus subal–

ternos , haciéndole despreciable delante de sus Parroquianos. En

buena fe que no miraría como sincera y dictada por un verda–

dero zelo semejante delacion , aun quando en los hechos hubie–

se algunos ciertos. Hasta un San Pablo estimaba en t:mto la hon–

ra, que la prefaia

á

la vida ; y aunque santo, no quiso ser juz–

gado de un Juez de Provincia, y apeló al juicio del Cesar , por

no fJ.ltarse al decoro, que su nacimiento le inspiraba.

9

4 8

¿

Cree

el

Obispo de Cuenca, que su Rey y el Minis-

terio Superior de la Nacion esrán sujetos

á

la censura pública,

que quiera imprimir de su conducta en los ánimos de las gentes?

<Tan aparrado se halla del trato de genres, que no previó

el

extravio de sus intentos

?

949

La

'Verdad

de las Representaciones del R. Obispo de–

bía ser otro principio sobre que descansasen sus reflexiones. No

duda

el

Fiscal , que personalmente concurra en aquel Prelado tan

respetable circunstancia ; pero no

h

encuentra en las Represen.–

taciones, que de oficio se le hán pasado, reducidas

á

un agre–

gado de especies inconexas , dictadas como se verá por per–

sonas de limitada instruccion; pero de una aversion decidida

contra

el

Gobierno.

9

5o

~ien

haya reA.exíonado en muchas especies de los tu–

multos del año pasado , y vea con atencion

el

objeto de estas

Representaciones, creerá con verdad ser uno mismo , y encami–

narse

á

la muracion

y

trastorno del Gobierno. Por desgracia se

estaba

es~ribiendo

en Cuenca la primera Carta de

1

5 de Abril

de

1

7

66

,

dirigida al P. Confesor, sobre las cenizas y llamas del

wotin de aquella Ciudad. Iguales imposturas

y

alreracion de es–

pecies advierte el Fiscal en boca de los amotinados , y en las

~arras

del Obispo;/

é

_igual f.unilbridad en proferidas ; porqLte

a la verdad en. un ammo respetoso

y

rranquílo, (como podia

caber la expres10n que hace al P. Confesor en dicha Carca de

1

5

d~

Abril , diciéndole

á

rostro firme las siguientes palabras :

ha~

bwzdo /le:z,t1do el nombre de

V.

S. al extremo de mas

aborrecible,

que

el

de Squilace?

.