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echaron todas las tentativas que se hicieron para
consign r en la Carta
Políti,~a,
una profesion de
fé católica á nombre del Estado. Hubo, pues, el
propósito deliberado
y
consciente de limitar los
deberes del Estado
á
so~tener
el culto· católico por
medio de sus recursos, haciendo abstraccion de la
doctrina religiosa.
32.-Sábese., por otra parte, que toda religion
consta de tres partes esenciales: el dogma, la moral
y el culto;-ó sean, la doctrina, los preceptos
ó
reglas
de conducta, y los honores y adoracion tributados
al Ser Supremo en testilnonio de la absoluta sumi–
sion que se le debe.
Cuando las prácticas del culto salen del dominio
de la conciencia
y
se traducen por medio de ora–
ciones, ceremonias religiosas
ó
actos de penitencia
corporal, entonces se exteriorizan y caen bajo el do–
n:inio del criterio de los demas: esto es lo que se lla–
ma el culto externo. Cuando el culto tiene un carác–
ter meramente interno, es decir cuando consiste en
simples operaciones del alma, como los actos de ado–
racion interior, por ejemplo, no puede caer bajo el
don1inio de legislacion alguna; pertenece al domi–
nio del órden moral solamente; el
conocimiento~
apreciacion y sancion de
los actos que á él se re–
fieren están fuera del alcance de la autoridad ptí.bli–
ca,
porque su influencia en el órden social no
es tangible ni estimable.