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tos, que en realidad de verdad. no ceden en grandeza é

importancia á los que en vuestra alta sabiduría, encon–

trásteis dignos de aprobación.

***

Comprendiendo mi Sección la necesidad de la ense-

ñan za de la Doctrina Cristiana

y

del Catecismo en las

escuelas, como base de toda otra enst'ñanza

y

principio

de educación moral, os propone que llaméis la atención

de los padres sobre el particular, á fin de que no pongan

á sus hijos en escuelas en que no se enseñe el Catecis–

mo; y que reclaméis el cumplimiento de lo que al respec–

to preceptúa el Reglamento de Instrucción.

***

Pero no basta sólo el aprendizaje del Catecismo, para

tener una completa instrucción religiosa. Es indispensa–

ble también el conocimiento de la sana filosofía y de los

fundamentos de la fé cristiana; y por eso se os propone

que encomendéis á la •·U nión Católica"

el

establecimien–

to de estas dos Cátedras, con lecciones públicas.

***

Sin embargo no conceptúa esto suficiente la Sección,

pues, la impiedad hace la más desenfrenada propaganda;

y como los sacerdotes son los que han recibido la misión

de enseñar, os propone que supliquéis á los rectores de

Iglesias cuiden de dar Conferencias para refutar los erro–

res de nuestros días.

***

La inmoralidad y ataque á la Religión, de que con fre-

cuencia se da ejemplo en los teatros y otros espectácu–

los públicos, ha alarmado con justicia

á

la Sección de

señoras del Congreso,

y

hemos escuchado con agrado el

bien meditado proyecto aprobado por ellas, sobre el par–

ticular. Pero la materia es de suyo tan grave

y

trascen–

dental, que habría sido un gran vacío que de la Sección

de caballeros. á cuyo resorte corresponde el punto, no

hubiera partido un proyecto protestando de esa licencia,

y pidiendo el cumplimiento de los reglamentos de lama–

teria. Tal es la razón del proyecto que os propongo con

tal fin.

***

U no de los males que más aquejan hoy á nuestra so-

ciedad es la usura; y es obra de verdadera caridad cris-