I~FLUENC I A
DEL
PONTI~ICADO
EN LA CIV ILIZACION
DI CURSO POR MO!\SEl\OR JOSÉ A TON
!O
RUCA Y
BOLO~
A,
CA ÓN!GO TEOLOGAL DEL CORO t.IETROPOLITANO.
Excmo. Sr. Delegado Apostólico, Iltmos.
y
Revdmos.
Sres. Arzobispo y Obispos, Sres. Representantes,
Ilustres damas, Hespetables Caballeros:
En el último tercio de mi vida,
y
cuando las fuerzas
de mi alma se postran
y
mi organismo decae sensible–
mente, á virtud de la ley penal
á
que estamos sujetos an–
tes de llegar
á
las inmensas orillas de la insondable eter–
nidad; he sido honrado con el alto encargo de dirigiros
la palabra para desarrollar como pueda el hermoso tema
que me ha asignado la honorable Comisión Organizado–
ra d('> este Congreso.
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o era dable el que yo negase mi concurso
á
obra tan
buena, rehusando, al par que la honra que me discernían,
el esfuerzo que ha de costarme el desempeño de tan ar–
dua misión.
Viejo soldado de la Iglesia, debo morir al pie de mi
bandera,
y
er.volver el recuerdo de un nombre que se va,
como un piadoso sudario, entre los pliegues de esa ban–
dera que apenas pueden ya sostener mis manos trémulas.
Acometo, pues, la empresa fiando, primero, en Dios
que bendice todo buen propósito
y
de ordinario lo hace
tri unfar por la dispensación de sus luces é inspiración
santa;
y
después en vuestra genial benevolencia é ilus–
tración reconocida que sabrán, ora dispensar los defec–
tos, ora llenar los vacíos que deje mi indocta pluma.
Esto dicho, enuncio el rico tema que ha de ocupar
vuestra atención.