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t86

TRATADO TERCERO

muerte viene

á

citarte <le remate;

y

•·istá ya tocando

á

la puerta.; muy

Jargo camino te queda por andar en tiempo muy breve, para llegar

á

la virtud,

y

perfeccion de los que te llevan la delantera,

y

á

ese

paso no los podrás alcanzar; desecha la pereza,

y

flojedad, pon hal–

das en cinta,

y

apresura el paso, date priesa

á

caminar,

y

á

subir

al monte de la gloria: haz lo que el caminante que se durmió, que

pone despues gran tliligencia para recobrar el tiempo perdido,

y

se

da priesa para alcanzar Jos que van delante: asegura

salvacion, que

es lo que mas te importa.

El tercero sea de hnir de gente ociosa , que hace perder tiempo,

pues cierto, que mucho mas eficaz es el ejemplo para el mal , que

para•el bien por nuestra mala inclinacion; tanto que mandaba Dios

á

los capitanes

(1)

echasen <le su ejército

á

los soldatlos cobardes,

y

perezosos; y la razon

1pie

da, es , porque no pegasen

á.

los demas

su cobardía

y

pereza : apártate • pues, hermano mio del perezoso

y

tibio, no te pegue su rnña,

y

trata con personas diligentes

y

fervoro–

sas, que con su trato te inciten

á

hacer obras dignas de penitencia:

con su ejemplo te animen á darte mucho

á

la virtud

y

fervor de es–

píritu;

y

con sus palabras

y

consejo llenen tu alma de imavidad

y

<levocion,

y

tus ojC1s de _ tiernas

y

dulces lágrimas.

El cuarto sea que cuando te sintieres mas tibio, flojo

y

perezo–

so, no faltes en tus devociones,

y

ejercicios de virtud;

y

aunque

sieutas en ellos dificultad, no les hurtes el cuerpo, sino añade algo

á

lo que sueles hacer de

ordinario(~),

porque este vicio en acome- .

tiéndole, huye como cobarde,

y

no se vence jamás huyendo, sino

peleando

y

resistiendo; porque escrito está

(5):

resisLid al demonio,

y

os volverá las espaldas: no dejes tu oracion, tu misa, tu sermon,

tu leccion espiritual, tus confesiones

y

comuuiones

á

menudo, que

si al principio te bailares distrnido é inquieto, presto entrarás en

fervor ,

y

Dios te dilatará ese corazon , para que corras por el cami–

no de su santa ley con diligencia

y

alegría.

El quinto, los ejemplos que te dan los hijos de este siglo en sus

tratos,

y

pretensiones poi; ganar hacientla, por adquirir oficios,

(i)

Deut. cap. W.-(:2) Bas . lib. 10. cap .

'25.-(3)

Jaco!Ji 4.