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CONFESION·
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1.lemí, qne estaba mal heri1lo,
y
uo tenia dolor! ¡Que me
arrastrahan mis pasiones,
y
no lo sentia, porque esta
ha
muerta mi
alma sin vos, que sois
sn
vida !
¡Oh
vida mia, r¡nc me hicisteis; luz rnia, que me alu111hrás-
teis ! hahed misericordia de mí,
y
resucitadme, pues sois mi Dios_,
y
mi consuelo en el dia
1Ie
mi triuulaciou.
El
caer
fué
mio, Señor; el levantarme será vuestro; dadme la
mano.
¡Oh misericordioso Dios! pues no es vuestro gnsto castigar,
antes cuando castiga is gemís;
y
os alegrais cuando pcr1lo11ais ; auti–
cipad con
vnest.rami se ricordia el remedio <le mis culpas, porque
110
se vea forzada vuestra justicia
:i
castigarlas.
No sea yo menos venturoso que los pecadores, que esperaron
en Vos,
y
no c1ue<laron coufusos.
Decidle, Sclior,
:i
mi ánima: Yo soy t11 salu1l, no esconda is
<le mí vuestro rostro, muera yo
á
Lrneque de
110
veros airado.
Suplicoos me deis luz para conoceros, amor para amaros, ¡H'on–
titml para ohe1leceros, c11i1lado de agradaros, odio
1.le111is gra111l es
pecados,
y
alion •cimiento tic mí rnisrno.
¡Oh Dios tic las venganzas, no os v<'n gnei::; tic 1111 hombrec illo
tan vil como yo; tenedme hístirna ,
y
pcrdo11atl1ne.
Sin Vos puedo cometer innumerabl e,, pecados; sin Vos
110
puc1lo clolerme tic ninguno; tlolcos Vos de mí, para q11 c yo
1111.!
duela de ellos.
Si el sol 1lcnite la nieve
y
1les\1ace
el
!ticlo, sol
tlt!
justici:1,
1l esliace1l 111i l1iclo,
y
hace1l
<pw
me dcrrit:.i e11 bgri111a s de cou–
tricion.
Si las piedras se parti eron 1l c 1lolor, cuando Vos n1orístPis por
culpas ag1•11a s, ¿cúmo no se parle 1ui empedcrni1lo co razo11
Cü ll
d
dolor de las propias?
Sicuta yo, Dios mio, el haberos ofo11<lido sobre to1las las
cosas, pues la mayor de las ofensas pitlc el ltlayor
tl1~
los sculi–
mieutos.
Dios mio, mirad lo que vuestro Hijo pa1lccio,
y
;i
mí por qnieu
lo padeció,
y
perdonadme por sus
rn ~r il.o s
mi s des1 111:riLos.
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