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mento de
h
ley. Esta doctrina fecunda del amor,
fué completa y sencillamente explicada en el
célebre sermon de la montaña que Jesucristo
dirijió al pueblo cerca del l::igo Tiberiades.
En él están compendiados
todos los princi–
pios de la moral evangélica
:
las ocho bienaven–
turanzas; los apóstoles destinados á ser la
l~1z
del mundo ; el cumplimiento de la ley antigua;
el perdon de las injurias; la pureza de la inten–
cion; la prohibicion de jurar; el amor
a
los ene–
migos ; la modesti á en la práctica del bien ; el
pedir
a
Dios sin ostentacion ; la oracion domi–
nical ; el desprendimiento de los bienes terre–
nales ; la confianza en Dios ; el no juzgar mal
del progimo ; el no hacer
a
otro
lo que no se
quiere para sí ; el no seguir el ancho camino
de la perdicion y el no escuchar
il
Jos falsos
profetas ·que se dan
a
conocer por sus obras.
Santas y elevadas verdades que han venido á
regenerar al mundo .
. PI•incipales aconteci.Jnii.entos del n1i–
nisterio p•íblico -
Cuando Jesus bajó de la
montm1a se le presentó un leproso y le dijo: ((Se–
ñor, si quieres puedes curarme.» Jesus le tocó y
al momento desapareció la lepra. Al llegar Jesus
á
Capharnaum snlió á su encurntro un Centurion
y le dijo:
ce
Señor, mi siervo está en casa atacado
de una paralisis ;
y
sufre mucho. » Jesus I{}
contestó ;
«
Iré y le curaré.
»
Mas el Centurion
repuso : «Señor yo no soy digno de que entres
en mi casa ; pero di una sola palabra
y
mi sier–
vo será curado.
~
Al oir estas palabras Jesus,
dirijiendose
a
Jos que le acompañaban les dijo: