Table of Contents Table of Contents
Previous Page  67 / 404 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 67 / 404 Next Page
Page Background

91

SENOR NUESTRO.

53

admirados de verle en conversacion con aquella muger;

la cual , rindiéndose á las impresiones de la gracia , dexó

su cántaro, se volvió en diligencia á la ciudad ,

y

dixo

á

voces

á

los habitantes, que babia encontrado un hom–

bre que la había dicho todo cuanto babia hecho de mas

secreto; y .que no dudaba que el tal era el Mesías. En–

tretanto los discípulos instaban al Señor para que

comie~

se; pero les dixo que su . aHmento era hacer la vol untad

del que le babia enviado,

y

perfeccionar su qbra. A este

tiempo se vió venir una infinidad de gentes de Sicár por

ver al nuevo profeta : dióles gol pe su sola presencia , se

sintiéron con una veneracion extraordinaria hácia él,

y

le rogáron con muchas instancias , contra lo que acos–

tumbraban, se dignase hacer alguna mansion en su pais. El

Salvador se detuvo·dos días con éllos;

y

con sus con–

versaciones encendió tan bien la fe en aquellos corazo–

nes , que muchos creyéron en él ,

y

decian

á

la muger:

Ya no creemos en él por lo que tú nos has dicho, sino

porque nosotros mismos le hemos oido,

y

sabemos que

es el verdadero Salvador del mundo,

y

el Mesías que es..

peramos.

§.

XVIII.

Predica el Salvador en Nazaret.

Despues de haberse dete'nido el Salvador dos dias en

Sicár ó Siquen, se fué

á

Nazaret con sus discípulos. La

fa–

ma de los prodigios que babia obrado en Jerusalen y ' Ga–

lilea

á

vista de tantas gentes, hacian que en todas par–

tes fuese mirado como un hombre extraordinario á quien

obedecia toda la naturaleza. Solos los de Nazaret, la que

el Señor miraba como su ·patria, vérificáron el proverbio

que dice, que ningun profeta es venerado

y

honrado en

su pais. El sábado siguiente

fué

Jesus á la sinagoga., co–

mo tenia de costumbre;

y

habiéndose levantado para

leer, le preseC1táron el libro del profeta Isaías; abrióle,

y

le salió este pasage (

Luc.

4.):

El

espíritu

del Señor

ha reposado sobre mí

;

y ·

porque me ha ungido

,

rne ha en.J

viado

á

p~edicar

los pobres

para.

<¡,ue sane

á

los

que

tienen el corazon

oprimido

de tristeza,

para que tlnuncie

Tom. VI.

D 3