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SENOR NUESTRO.
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un monte, determináron precipitarle; pero Jesus, sin in–
mutarse nada, atravesó tranquilamente por medio de aquel
fudoso populacho, sin que nadie osase jnsultarle, ya sea
porque se hubiese hecho invisible; como creen algunos
intérpretes, ya porque por un efecto de su omucipoten–
cia, como es mas probable ., hubiese quitado
·á
aquellos
furiosos el poder de executar su depravada intencion. ha–
biéndolos hech0 como inmobles. Dexando el Salvador
á
Nazaret, se retiró
á
Cafarnat.in,en donqe hizo despues
su mas larga .giansion, y en donde empezó á anunciar su
evangelio, él que debía colmar de toda suerte de dichas
á
los hombres de corazon recto
y
de buena voluntad, co–
mo lo habian publicado los ángeles al tiempo de su na–
cimiento.
Pasando Jesus
por.laciudad de Caná, vió venir hácia
sí un oficial del rey que venia
á
suplicarle se dignase cu–
rar á un hijo suyo que estaba enfermo de peligro en Ca–
farnaun: el Salvador le aseguró que su hijo estaba bue–
no; creyólo el oficial,
y
cuando vqlvió á su casa, en–
contró que la fiebre había dexado al enfermo
á
la mis–
ma hora que Jesus le había dicho que estaba bueno. Pero la
Judea y la Galilea no eran el único objeto de su mision,
aunque eran el teatro de sus milagros: el Hijo de
Diq_s
babia venido para salvar
á
todos los hombres; ya era el
tiempo de elegirse operarios para una mies tan abundan–
te,
y
formar discípulos que pudiesen llevar la luz del
evangelio
á
toda la tierra. Paseándose un dia para este
fin á la orilla del mar de Tiberíades, vió
á
los hermanos
Simon
y
Andres que echaban sus redes en el mar,
pues eran pescadores : díxoles: Seguidme, que os ten-go
destinados para otro genero de pesca; de hoy en mas lo
que cogiéreis no serán peces, sino hombres. A estas pa–
labras, los dos hermanos, que hasta entonces se ha–
bían contentado con ir á verle algunas veces sin de–
xar ni su modo de vivir ni· su familia, -lo dexáron todo
al instante,
y
se fuéron en seguimiento de Jesucristo. Po–
cos pasos mas allá vió el Salvador
á
otros dos herm(,lnos
Jacobo
y
Juan,quecon supadreelZebedeo remendaban
~us
redes; díxoles á_)os dos que le siguiera1L'l: su obediencia
fue tan perfecta como pronta;
y
habiendo dexad-0
~as
redes
y
al padre en la barGa., no dexáron ya mas
á
Jesucri$to.
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