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' VIDA

y

enviamos

á

vos nuestros clamores

y ·

suspiros:

ad te

suspiramus.

Vírgen santísima, abogada nuestra, vue!.ve

á

nosotros esos tus ojos misericordiosos ;

y

despues de este

destierro en que gemimos contimiamente, muéstranos

á

Jesus, Salvador divino, fruto bendito de tu vientre, tú

que eres nuestra madre llena de bondad, de ternura

y

de

misericordia. E'Sta oracion es la que la Iglesia pone to.dos

los dias en la boca de sus hijos , para que con élla se pre–

senten delante de la Madre de Dios.

A vista de este unánime consentimiento de todos los'

santos padres , de todos los concilios, de todos los sumos

pontífices, de todos . los santos

·Y

de toda la Iglesia en

honrar

á

la Madre de Dios, .¡qué impiedad osar censu-–

rar la religiosa devocion qure la 1profesan . todos los ver–

daderos fieles,

y

gritar·eontra el culto qrre se la tributa,

y

contra los elogios que se la dan ! Se ha osado llamar

devotos indi'scretos á los que daban .

á -

María los home–

iiages debidog,;

1

á

los que la daban aquellos títulos de ho–

nor que la .diéron los

~ant0s

:padres;

á

los que la creían con.

cebida· sin pecado por

.UD

especial

1

privilegio.; ·finalmente,

á

los que imploraban su "'Proteccioa,

y

á

los :que des pues

de Dios, ponian en élla toda su confianza. Pero

á

pesar

del despecho de la heregía

,~

y

á

.pesar de la maligni–

dad de es·tos indiscretos reformadores. del culto de la

Madre de;Dios' no hay verdader<ii mel enJ. qwren no

SO•

bresalga la devocion

á:

la· ·saatísirna.

~VJírgen· ,

\ Y<- que no

ponga en élla toda su confianza despues, de ' Dios; que

ho implore su proteccion ·en todos los peligros;

qúe

no

publiq~e,

y

no defienda hasta

la muerte . sus ilustres

prerogativas. ¡Cosa extr.aña

!-

Despues que los primeros

hombres de nuestra religion se han esmerado, tanto en

celebrar las grandezas de María; d.espues que no han

creido poder

encoHtrar términos proporcionados á la su–

blimidach.de

su estado; despues que san Agustín en nom–

bre de todos

ha confesado su insuficiencia, ·protextan–

do ahamente que le

fal~·aban

expresiones para dar

á

la

Madre de Dios las

1

alabanzas que la son .debidas:

Qui–

bus te

laudibus

efferam nescio;

i

no

es una indignidad, que

se encuentren cristianos que teman. excederse en sus ala–

banzas ;

y

que no contentos con esfo., se arrojen

á

blasfemar de su devocion

y

su

culto~