Table of Contents Table of Contents
Previous Page  378 / 404 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 378 / 404 Next Page
Page Background

V .IDA

pod rí a supl ir por todos los elogios;

y

que haciendo

cono~

cer la divinidad del bjjo por una relacion larga y circuns–

t a nciada de milagros todos incontestables, no se la

po–

dr ían rehusar las mayores honras

á

la que estaba reco–

nocida, y confesaban todos por madre de tal hijo; y así no

juzgó necesario dilatarse ea los elogios de la Madre deDios.

En

efecto , cuando se concibe bien lo que es ser ma–

dre de Dios, se comprende desde luego, dicen los padres

de la Iglesia, que debió ser santa é inmaculada en su

con~

cepcion: que debió ser madre sin dexar de ser vírgen:

que debe hacer coro aparte entre Dios

y

Jas <lemas cria–

turas: que debe poderlo todo con Dios, porque Dios no

puede negar nada

á

su madre; se comprende que se

la

debe dar un culto particular, y que de la divinidad aba–

xo no hay título de honor, de virtud, , de alabanza

qu~

no se deba .dar á María. D d

á

María, dice san Bernar–

do en su célebre carta álos canónigos de Leon; dad

á

María

las justas alabanzas que la son debidas.

D~cid,

por exem–

plo, que María encontró para sí y para nosotros la fuente

de la gracia: decid que es la mediadora de la sal vaci<?n,

y

la

restauradora de los ' siglos; c'On razon direis todo es–

to, pues esto es lo que toda la Iglesia publíca y canta todos

los dias:

Magnifica gratice inventricem Mariam, mediatri

·

cem salutis,restauratricem sceculorum; ,hcec mihi de illa can–

tat Ecclesia.

La santísima Vírgen, dice san Juan Damasce–

no, es sobre todas las alabanzas que se la puede dar. De–

cid de la santísima Vírgen todo cuanto. se puede decir

de grande, de magnífico, de pasmoso,

de

admirable, di–

ce el sábio Basilio de Seleucia, que florecia en el quinto

siglo; dad

á

María todas las alabanzas imaginables; nada

diréis que no sea verdad, nada diréis que no sea menos

de lo que merece.

De virgine qui ornnia itlustria dixerit

numquatn

a

veritatis aberraverit scopo; attamen dignitatis

magnitudinem nulla umquam oratione exequabit.

Tengamos

una entera confiaza en la bondad

y

en la poderosa pro–

teccion de la santísima Vírgen, dice el B. Pedro Damia–

no ; pues todos los tesoros de las misericordias del Señor

están en sus manos. Busquemos la gracia, dice san Ber–

nardo, y busquémosla por la intercesion de María, por–

que María halla todo lo que busca,

y

jamás pide nada que

no

lo consiga

~

Maria qu()d quterit invenit

,

et

frustrari